Espectacular Fiesta de la Sonora Ponceña en sus 50 años en Bayamon

Tota

Con el público bailador rendido a sus pies, Quique y Papo Lucca celebraron el sábado la brillante trayectoria de cinco décadas de su Sonora Ponceña, soberana absoluta e indiscutida del son montuno y el guaguancó en Puerto Rico.

La brillante trayectoria de cinco décadas de la Sonora Ponceña fue celebrada el sábado en Bayamón en un magistral concierto grabado para la historia.

Tres cuartas partes del coliseo Rubén Rodríguez de Bayamón fueron ocupadas por una frenética concurrencia salsera que hasta las dos de la madrugada bailó y tarareó un repertorio selecto.

Exitos popularizados 30 y 40 años atrás fueron interpretados impecablemente por la afincada sección rítmica de la agrupación, cuya bujías son Willito López en las congas y Manolito Rodríguez en el timbal; y por su poderosa combinación de cinco trompetas -reforzada por el virtuoso Luis Aquino- que es un deleite escuchar por su afinación, brillantez, armonización y contrapuntos.

Cuando la decana de las orquestas de salsa de Puerto Rico acelera el ritmo en Yambeque, acentúa el montuno en Prende el fogón o libera su artillería trompetística en los mambos de Como mangó o Sonerito, al espectador sólo le resta ponerse de pie, hacer un ejercicio de estiramiento y embarcarse en un recorrido caliente y sabroso por los confines de la maña y el masacote.

Fiel a la herencia armónica del son montuno estilo Arsenio Rodríguez, siempre en sintonía con la malicia callejera de la salsa del barrio niuyorquino y receptivo a la riqueza del jazz, Papo Lucca pudo forjar una personalidad musical que ha mantenido inalterada por varias generaciones.

Abuelos, padres e hijos se la gozan, como sucedió en el Rubén Rodríguez, donde se bailó de principio a fin en un concierto histórico y muy significativo para el género de la salsa, toda vez que se trata de la celebración de la primera orquesta puertorriqueña que, con la consistencia de grabaciones y presentaciones de la Sonora, arriba a medio siglo de trayectoria. Longevidad que ha sido posible al respaldo de un público que ha reconocido el profesionalismo, la identidad y el patrón de excelencia de la Sonora, institución que en la explosión de la salsa sensual de mediados de los 80 se resistió a sustituir el tambor por el sostén.

En reciprocidad al espaldarazo de su fanaticada, la Sonora tocó con mucho «caché», superando las expectativas de este redactor. Y, por respeto al pueblo, los cantantes Luigi Texidor y Yolanda Rivera pudieron limar sus asperezas con Papo y unirse a una celebración memorable. La historia juzgará su ausencia, como lo hará con Justo Betancourt, el sonero matancero que presume de los laureles de antaño y que, cuan nota discordante, desatinó en su interpretación de Bomba carambomba, porque ni se aprendió la letra ni se preocupó por leer el papel que Pichie Pérez le mostró.

POR LO demás, fue una velada memorable filmada para un DVD y grabada para un disco doble en vivo que, por su contenido, promete superar al del 45 aniversario. Con un sonido limpio y balanceado, la Sonora Ponceña interpretó De qué callada manera, La clave, Como mangó, Yaré, Nosotros, Tumba la caña jibarito, Sonerito, Prende el fogón, Verde luz, Ahora me río, Yambeque, Piano salsero, Sonero, Ramona, Celebración 50, Fuego en el 23 y otros éxitos, provistos de coros melodiosos y acoplados por Kriptony Texeira, Dárvel García, Caneca, Pichie Pérez, Wito Colón y Danny Dávila, cantante que abordó con honores los éxitos de Luigi Texidor y Miguel Ortiz.

La celebración del 50 aniversario de la Sonora Ponceña fue en grande. Provista de un dinámico cuerpo de baile y el desfile de talentos como Mannix Martínez, Bobby Valentín, Roberto Roena, Cachete Maldonado, Little Johnny Rivero, Georgie Padilla, Johnny Pacheco, Lenny Prieto, El Canario, Luisito Carrión, El Topo, Tito Gómez, el guitarrista Kacho Montalvo y los cuatristas Maribel Delgado y Milton Miranda, la producción de Juanra Guzmán es digna de cinco estrellas.

AUNQUE LOS maestros de ceremonia Shorty Castro y Néstor Galán anunciaron que en marzo Z-93 les dedicará el Día Nacional de la Salsa, lo acontecido el sábado en Bayamón es algo fuera de serie, digno de una reposición en el coliseo Roberto Clemente.