De acuerdo con el portal El Universal, la joven de 20 años vendió las 100 boletas que tenían un costo de 10.000 pesos “como pan caliente”.
“Ella salió a vender las rifas a las 7:00, y a las 9:00 de la mañana ya había terminado de vender los 100 números. En el pueblo todo el mundo quedó sorprendido porque eso nunca se había visto”, dijo un habitante del corregimiento al medio.
Sin embargo, el día de entregar el “premio” este no pudo ser reclamado. Pues cuando el hombre que sacó el número ganador fue a donde la joven, ella se negó porque él no había pagado la boleta, la había fiado.
El hecho causó controversia en el lugar porque hubo mujeres que se enteraron que sus parejas compraron boletas de la rifa.
Ante esto, cuenta el portal, que la joven venezolana tuvo que abandonar el sitio.
Una amiga de la mujer aseguró que ella lo hizo porque necesitaba el dinero y no tenía trabajo.