Así como le pedimos diariamente a Dios por lo que necesitamos, también debemos darle gracias por lo que nos brinda. También disfrutar de lo poco o mucho que tenemos cada día.
Haz que cada día valga y disfrútalo como si fuera el último en tu vida, eso sí sin hacer locuras o cosas que te hagan daño o a los demás.
Utilizamos cookies propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarte publicidad personalizada a través del análisis de tu navegación, conforme a nuestra política de cookies. Si continúas navegando, aceptas su uso.