Así como abundan las cosas y personas buenas, también hay malas. Existen quienes se alegran por la desgracia de otros o hacen lo que sea para que a otra persona le vaya mal.
Pero existe Dios y solo él puede ayudarnos a vencer esos males. A él le pedimos que nos aleje de la envidia, el enemigo malvado y de todo mal y peligro.
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