Los cuatro integrantes de esta familia estaban sentados en una de las mesas comiendo arepas rellenas y le echaron un pelo a una de ellas para hacerle creer al mesero que eso estaba allí cuando les sirvieron el plato.
Una cámara de seguridad del lugar registró todo y captó el momento en el que una de las mujeres se arranca un cabello y se lo pasa a otra mujer para que lo ponga sobre el alimento. Después llaman al mesero y manifiestan su indignación por lo que supuestamente encontraron.
Cuando dieron el aviso, el resto de familiares había acabado prácticamente de comer.
Luego de lo sucedido, los dueños del restaurante revisaron las cámaras y allí descubrieron el engaño.
Tras lo sucedido decidieron difundir las imágenes en redes sociales con el fin de denunciar el caso y dar a conocer los rostros de los integrantes de la familia para que a demás personas no les pase igual.
“Los dueños del lugar hacen la denuncia y advierten que este grupo de personas han hecho lo mismo en otros establecimientos”, indicaron en un perfil de Facebook.