
“El capítulo 11 no es una quiebra, es una protección a tus acreedores y eso está por verse en la primera vista, señalada en Nueva York para el 19 de diciembre. Eso lo tienen que probar porque yo tengo en mis manos todos los estados financieros de esa compañía que tuvieron que rendir porque la corte lo exigió. Ese tipo no está en quiebra, su compañía vale $32 millones y sus acreedores soy yo y mi discográfica Mamoky, y la disquera Universal, que mi teoría es que Universal es socio capitalista de RMM, a pesar que actúan como sus distribuidores, pero eso no lo podría jurar sobre una Biblia. Ralph lo que ha hecho es esconderse tras el capítulo 11 para que no siguiéramos impugnándole las acciones porque yo lo que iba a hacer era inmovilizarlo a él y a la compañía”.
Según Glenn, es posible que esa apelación, de concederse, se vea en la Corte Federal del Viejo San Juan y no fuera de territorio boricua. “Muchas veces, durante el invierno, la Corte del primer circuito se traslada aquí. Pero virar los resultado de un jurado es bien difícil”.
Glenn asegura no haber recibido ofrecimiento alguno de Ralph Mercado. “Por el contrario, he tenido que seguir gastando dinero de mi bolsillo porque ahora tengo que contratar un abogado especialista en Nueva York, que se encargue de investigar sus finanzas. No obstante, ellos han abierto otro foro, el de la ley de quiebra, y vamos a tener un sinnúmero de acciones remediativas a través de la misma bancarrota. Incluso podríamos meter a Universal como vicarios responsables, pero es mejor tener a Universal de amigos que de enemigos.