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De fiesta la Orquesta Aragón

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Al cumplir 61 años de su fundación, la legendaria institución musical comenzó el pasado domingo una gira por los Estados Unidos .

Nueva York – Una vez más y con un lleno total, la mítica Orquesta Aragón puso a bailar al entusiasta público que acudió al Symphony Space de Manhattan el pasado domingo, entre el que se encontraba el pelotero Orlando “el Duque” Hernández, quien se mantuvo de incógnito hasta el final de la presentación.

La legendaria orquesta está celebrando 61 años de su fundación con una gira norteamericana que incluye presentaciones en Nueva York, Chicago y Milwaukee antes de que finalice este año. Fundada por el bajista Orestes Aragón la orquesta reconocida entre las pioneras de charanga, se ha identificado por su estilo elegante y popular a la vez de interpretar los ritmos cubanos, en los que se destacan la participación de violines, flautas e instrumentos de percusión, además de los cantantes.

Esta primera presentación de la gira conmemorativa, fue todo un acontecimiento musical. El evento fue posible, en parte gracias a los fondos del National Endowment for the Arts y del Consejo del Estado de Nueva York. Algunas personas al ver que estaba vendido preguntaban en la taquilla si al día siguiente había otra función. Trece excelentes músicos forman parte de la orquesta cubana más famosa a nivel internacional y que con 61 años de haber sido fundada, aún permanece activa. El conductor y violinista Rafael Felipe Lay Bravo, hijo de Rafael Lay Bravo, integrante clave de Aragón a finales de los años cuarenta, los cantantes Ernesto Bacallao Serrano y Juan Carlos Villegas Alfonso, el flautista Eduardo Ramón Rubio Pérez, los violinistas Dagoberto Pascual González Piedra, Lázaro Dagoberto González Siboré, Celso Valdés Santandreu quien es el miembro más antiguo, José Palma Cuesta (güiro), Robero Espinosa Rodríguez (bajo) Orlando Jesús Pérez Montero (pianista), Guillermo Gonzalo García Valdés (percusión), Inocente Arcadio Álvarez Pagán (timbales) Armando Amezaga Valera (percusión).

Después de su tema de presentación, la Orquesta comenzó su espectáculo, que fue completamente diferente al que presentaron en Carnegie Hall. Temas que sacaron de las gavetas y desempolvaron formaron parte del repertorio que dio comienzo con Luna de miel en la luna y continuó con el popularísimo danzón La reina Isabel baila el danzón.

Orlando Jesús Pérez Montero, el pianista, se dirigió al público: “Me dijeron que puedo hablar en español. Hoy vamos a tocar boleros, danzones, cha cha, cha, guaguancó y más boleros y danzones”, anunciando que iban a complacer todos los gustos.

La Orquesta Aragón, siempre se ha distinguido por su sonido, en el que siempre sobresale el danzón, y en muchos de los números los primeros acordes son de danzonete (una variante) y aunque en algunas cosas se han rejuvenecido, como en las coreografías, aún mantienen los mismos arreglos de los temas que forman parte del repertorio por décadas.

Ya a mitad de la presentación, uno de los músicos dijo que le dedicaban un tema a Puerto Rico y de inmediato comenzaron a tocar Luna de miel en Puerto Rico, siguió Silencio, que dedicaron a sus compatriotas cubanos, que se mezclaban entre un público joven y anglosajón. Uno de los temas mas aplaudidos fue Noche azul en el que se destacan los violines que es el sello de esta orquesta.
Naturalmente, que no podía faltar Tres Lindas Cubanas, y El bodeguero; el público abandonó sus butacas y comenzó a bailar por los pasillos.

El fin de la fiesta, estuvo a cargo de la percusión, y muy en especial del bongonsero Armando Amezaga Valera y del timbalero Inocente Arcadio Álvarez, quien para rematar tocó hasta con los zapatos. Fueron muchos los aplausos y antes de despedirse con El cochero dieron las gracias al Duque no sólo por estar allí, sino por su trabajo como lanzador en el equipo neoyorquino de los Yankees, quienes la pasada semana se convirtieron en campeones mundiales.

Los músicos desaparecieron después de despedirse con su “jingle”, y algunos de ellos fueron a buscar al Duque, quien rodeado de admiradores, firmó hasta el último autógrafos y se dejó tomar muchas fotos.

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