
Luego se presentará en House of Blues en Orlando y poco antes hará su primera aparición masiva en Puerto Rico luego de haber ganado el premio Grammy: en el Festival de la Bahía (jueves 13).
En su agenda también figuran algunas plazas estadounidenses, así como Perú y Ecuador.
Pero es la planificación de su próximo disco lo que encabeza su lista de prioridades. “Tengo que evolucionar”, admite.
“El público se cansa. Por eso me estoy concentrando en lo que tendrá este tercer disco. Soy bien chavón y exigente con la producción”, agregó.
El disco que seguiría a “Suavemente” y a “Píntame” todavía no tiene título pero sí una historia. Y es la historia de un contrato.
Elvis Crespo se encuentra en negociaciones con su disquera Sony Discos.
“Lo que faltan son dos o tres firmitas”, indica mostrando todos los dientes.
Pero la ausencia de esos “garabatitos” implica que todavía no existe el consentimiento para hacer eficaz el contrato. “No, no… de veras ya estamos al otro lado”, reitera Elvis.
Al cuestionársele qué implica económicamente este acuerdo contractual, según él ya a punto de concretarse, el intérprete vuelve a sonreír sin responder.
“Es que… estoy en un momento que puede pasar (finalizar el éxito).
Mi valor (como artista) puede mermar.
Estamos a ley de unas firmitas.
La empresa Sony Discos está muy contenta con mis números y mi trabajo.
Lo importante es que mantengamos la calidad (del producto)”, añade sobre el contrato que lo vincularía a la mencionada disquera durante cinco años más.
Con todo, Elvis admite que el tiempo pasa y que no siempre será el número uno del merengue. “Es algo natural. Soy bien positivo, pero igualmente, soy realista.
En la cima hay espacio para todos pero con el tiempo me dedicaría más a producir y a ayudar a otros jóvenes.
Por otra parte, me encanta componer y leer sobre motivación.
Libros de esos temas me llaman la atención porque me encanta llenarme de esa energía”, explicó.
Aunque Crespo no da a conocer muchos detalles de su próximo disco, sí revela que combinará varios géneros.
“Traeremos merengues en mi estilo característico y varias canciones que integrarán sonidos nuevos que he captado gracias a las experiencias en los lugares que me ha tocado visitar”, expuso.
Aunque sus melodías “Come Baby Come”, “Eres tú” y “Más que una caricia” figuran en la banda sonora de la película Center Stage (de hecho, Elvis aparece entonando las melodías en una escena que se desarrolla en una discoteca), su deseo de incursionar en la actuación se encuentra en compás de espera.
“Luego de la oferta de diez capítulos en la novela “All My Children” he tenido que dejar eso a un lado.
Luego tuve otras ofertas en Estados Unidos pero, a decir verdad, mi inglés no es el mejor.
Y no quería hacer algo que sonara a disparate.
Empecé a tomar clases y luego por el trabajo lo dejé.
Tengo que mejorarlo”, admite.
Deseoso por el reencuentro.
Elvis, según afirmó, tiene grandes expectativas con su presentación en San Juan en las Fiestas de la Bahía.
Lo primero que desea es que “vaya mucha gente.
Estoy bien contento con la presentación.
Significa mucho para mí cantarle a mi pueblo que me apoyó en principio y me vio crecer”.
También lo vieron crecer diversas agrupaciones tropicales.
El artista divide su proceso por etapas:
“las lechoneras fueron el kinder, la etapa con Willie Berríos la escuela elemental, Toño Rosario la intermedia, Tony Anthony la escuela superior y Grupomanía la universidad.
Si no hubiera sido por esas experiencias no estaría aquí.
Aprendí mucho, sobretodo de las malas decisiones que tomé entonces.
Ya son 13 años de carrera”.
Pero esos años no han cambiado ciertas cosas.
Elvis continúa temiéndole a los aviones y se sigue maravillando a causa de la reacción del público internacional.
“Sabes que hay muchos promotores que vienen del extranjero y dicen “tal artista sí que está pegao” y después no es tanta la cosa.
Por eso se me hizo difícil creer el éxito en Chile y en Argentina que son países que no tienen una tradición como fanáticos del merengue.
Cuando llegué a Argentina y vi la gente en el aeropuerto pensé que venía alguien de Menudo conmigo en el avión.
Por eso llenar tres veces el Luna Park (en Buenos Aires) fue algo verdaderamente grandioso.
También me choca todavía mirarme al espejo y pensar que hay muchachas que gritan por mí.
Me digo, “Dios mío pero por qué?”.
Pero claro, no deja de ser simpático”, puntualizó.