
“Esta colección de emociones es un reporte histórico de mis canciones románticas, algo que quería hacer hace tiempo” dijo a EFE en una entrevista exclusiva el autor/intérprete de temas como “La Bilirrubina” y “Ojalá que llueva café”, que hicieron popular en el mundo el merengue y le valieron tres premios Grammy.
Para el disco “hicimos grabaciones nuevas de tres canciones “Tu”, “Ay mujer” y “Razones”). Del resto hicimos mezclas nuevas; también hay una versión en directo de “Estrellitas y Duendes” grabada en la plaza de Las Ventas de Madrid en 1992″.
El cantautor define su estilo como “a medio camino entre la música romántica y la de contenido social, esto es con lo que más me identifico, temas como “Ojalá que llueva café” o “El Niágara en bicicleta” son canciones de denuncia, pero con cierta esperanza”.
Guerra, que no sólo ha popularizado el merengue, sino también la bachata y otros ritmos campesinos dominicanos como el perico ripiao, dice no ser “un tocador de perico ripiao, ni siquiera un bachatero”.
“La bachata es una forma de vida, el bachatero tiene un estilo de vestirse, una manera de pensar. El tocador de perico ripiao tiene una formación musical específica (saxofón, tambora, acordeón, güira). Yo no soy ni uno ni otro, pero mi formación musical y mi gusto por la música de mi tierra me permite interpretar ambas”, señala Guerra, que estudió composición musical en Estados Unidos.
Respecto a la posibilidad de trabajar con otros ritmos musicales caribeños para difundirlos en el mundo como ha hecho con la música tradicional dominicana, dice que “cada uno debe ocuparse de lo suyo”
“Sería pretencioso que yo pretendiera convertirme en exponente del folclore puertorriqueño, ellos tienen excelentes músicos, no me necesitan. Esto no quiere decir que no sea capaz de hacer una plena (ritmo folclórico puertorriqueño) si hace falta. De hecho, mi tema “Vale la pena” es una plena mezclada con merengue”.
Sobre el éxito de la música tropical en español en el mundo anglosajón, Guerra tiene claro que “el ritmo es lo que más llama la atención a gente que no entiende nuestro idioma. También la armonía y las voces. Y, por supuesto, el movimiento, el baile. Pero, fundamentalmente, el ritmo”
En cuanto a su sistema de trabajo, Guerra señala que el proceso de creación es diferente cada vez. “Normalmente, -aclaró el compositor- parto de un estribillo, algo pegajoso que me viene a la cabeza y a partir del cual desarrollo la canción”.
“Lo último que suelo componer es la letra, me interesa más la base melódica. Grabo la música y, entonces, empiezo a trabajar la letra. A veces me cuesta mucho sacarlo, hay que echar mano del oficio de compositor y volver, y volver y seguir volviendo hasta que sacas lo que buscabas sin saberlo”.
Guerra, que en ocasiones ha expresado su “profunda envidia” ante los poetas, es taxativo: “no soy un poeta, soy un autor de letras. Claro, hoy los músicos tenemos una ventaja evidente: lo que grabamos lo oyen millones y millones de personas, y una poesía, cuanta gente lee poesía?”.
“Pero cuando yo leo un libro de Neruda, García Lorca, Vallejo me doy cuenta de lo que es un poeta de verdad, y lo mucho que a uno le queda para poder siquiera empezar a compararse”.
Juan Luis Guerra, que estudió Filosofía y Letras, afirma que si no hubiese triunfado en la música aún estaría relacionado con ella de alguna manera, “quizás componiendo música para anuncios”.
“Mi problema es que yo no me he visto nunca como otra cosa que como músico. Por ejemplo, me gustaba mucho el baloncesto, pero no me veía con cualidades suficientes”
Además de músico, Juan Luis Guerra se ha convertido en los últimos años en empresario, y participa en una sociedad propietaria de un canal de televisión, Mango TV, y la emisora de radio “Zeta”.
“Empecé de cero y tuve que aprender a base de golpes, pero afortunadamente ahora los negocios marchan bien, tanto la radio como la televisión se han consolidado; Mango en el campo del entretenimiento y la juventud y Zeta en música internacional”, explicaba el cantautor.
No obstante, su interés ahora está centrado en la “Fundación Juan Luis Guerra”, creada en favor de los niños desvalidos de República Dominicana. “En mi país hay mucha necesidad -afirmó-. De momento, estamos centrados fundamentalmente en temas sanitarios. Estoy contactando a gente que pueden ayudar, porque necesitamos que la fundación se conozca y se apoye”.
“Le he puesto mi nombre porque quiero que toda la responsabilidad caiga sobre mi, garantizar con mi buen nombre el funcionamiento. No tenemos apenas burocracia, pero si tenemos honestidad; lo único que podemos ofrecer es la seguridad de que todos los recursos que nos lleguen se van a emplear sólo para los fines de la fundación”.
En la búsqueda de fondos para la fundación que lleva su nombre Juan Luis Guerra ha confirmado que se ha acercado a Julio Iglesias “porque quiero que ya que tiene casa aquí y vive aquí colabore con nosotros. Y creo que lo va a hacer. También me he entrevistado con los embajadores de España, Italia, Alemania y Japón. No sólo necesitamos dinero, bienvenido sea lo que nos quieran enviar, alimentos, medicinas, lo que sea”.