“La piratería todavía es un problema increíblemente difícil de tratar”, dijo Jay Berman, jefe de la Federación Internacional de la Industria Fonográfica (IFPI), que investiga los delitos globales contra la música.
Desde Rusia a Paraguay, los piratas de la música popular producen más de 500 millones de discos compactos al año con un costo para la industria de 5.000 millones de dólares.
Los enormes beneficios han atraído al crimen organizado. De cada cinco discos compactos que se venden en el mundo, uno es pirateado.
“La piratería se ha convertido en algo global. No es sólo un grupo de chicos en un garaje intentando ganar un dólar con algunas barajas”, advirtió Berman a los 10.000 ejecutivos de la industria de 96 países reunidos en Cannes para la mayor feria de la industria discográfica del año.
“Hay enormes exportaciones piratas en todo el mundo. La capacidad de producción es asombrosa y el crimen organizado está jugando un papel principal”, dijo a Reuters en una entrevista telefónica.
El ejecutivo agregó que “la piratería es un fenómeno móvil. Una vez que comenzamos a interrumpir la línea de suministro entre Asia y Paraguay que daba servicio a Brasil, descubrimos que los piratas establecieron dos plantas encubiertas en Paraguay. Una de ellas había sido desmantelada en Hong Kong”.
“Lo que terminó siendo en Gran Bretaña la mayor operación de fraude con tarjetas de crédito, fue una operación de la mafia rusa que comenzó pirateando discos compactos”, afirmó.
La IFPI, que agrupa a 1.400 productores de discos y distribuidores en todo el mundo, reconoce la necesidad de acudir a la nueva tecnología, pero estima que es crucial acogerse a los derechos legales con suficientes garantías globales.
La IFPI dijo que actualmente realiza unas 100 investigaciones internacionales. El decomiso de los discos compactos adulterados es de unos 60 millones al año.
Otra de las grandes amenazas es la piratería por Internet, que no conoce límites, dijo Berman.
“Hay millones y millones de grabaciones ilegales colocadas en Internet”, afirmó.