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Melina: busca la paz

Tota
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Melinda León es una chica luchadora, trabajadora, independiente, cariñosa, sensible y muy sentimental. En el pasado, muchos la percibieron como una mujer orgullosa debido a su timidez, cuando es todo lo contrario: un ser amigable, amable y de un gran sentido del humor.

Si al principio no se sentía emocionalmente preparada para enfrentar su vertiginoso ascenso a la fama, sobre la marcha ha sufrido varios desengaños que la han ayudado a crecer como persona y artista.

“Antes me dolían muchas cosas que pasan en este ambiente. Me afectaban las cosas que se decían de mí que no eran verdad y lo que pensaba la gente, que me miraba como una antipática. Hay mucha envidia en el ambiente. Imagínate que hace poco en el gimnasio me encontré con unas compañeras que no han tenido suerte y me han tildado de antipática.

Con todo eso hay que luchar”, expresó a El Nuevo Día.
Su antídoto ha sido la indiferencia. Esa es la armadura con que se enfrenta a sus detractores. En sus días libres, Melina se la pasa con su hijo Manuel y ocasionalmente se reúne con sus amigas, siendo muy selectiva en los lugares que visita y cuidándose siempre de no exponerse demasiado.
“Yo trabajo y me voy para mi casa. No soy de meterme en todos los lugares. Salgo con mis amigas a algún pub o restaurante. Lo que pasa es que no es muy fácil llevar una vida social como artista. Y mi familia y mi hogar son muy importantes para mí”.

Manuel, de 8 años, ha asimilado su éxito. Es su fanático más fiel. Se sabe sus canciones y la aplaude en sus presentaciones. A veces, sin embargo, le afectan los comentarios faranduleros pronunciados sobre los alegados romances de su madre.

“Eso le afecta mucho y le molesta”, dijo Melina. “No le gusta que hablen de su mamá”.
La intérprete de Baño de luna ha podido equilibrar y controlar sus emociones desde que se abrazó a la fe evangélica. Hace alrededor de dos años y medio su carrera casi se ve afectada cuando la disquera que la representaba cesó operaciones.
En busca de paz, asistió a un círculo de oración dirigido por el cantante y hoy reverendo evangélico Alex D´ Castro. Fue bendecida y semanas después recibió la gracia de ser contratada por la multinacional Sony Latin.

“No utilicé la religión para ganar publicidad. Era un momento en que no sabía qué iba a suceder con la disquera. Siempre he sentido la presencia de Dios en mi vida. Dios utiliza a cada cual de maneras diferentes. A mí me mandó a cantar. Y canto canciones positivas. No le canto a la infidelidad ni a nada negativo”.

Si una noche Dios le transformase en un hada madrina, Melina visitaría los hogares de los niños víctimas de maltrato.
“Llegaría a los padres maltratantes para transformar su corazón. Borraría el maltrato a los niños y a la mujer. Y ayudaría a evitar la enfermedad de la drogadicción”.
A largo plazo, Melina se proyecta trabajando por los niños en una faceta distinta a la musical.

“En un futuro me gustaría hacer algo por los niños, quizás como portavoz de alguna campaña contra el maltrato”, indicó.
A su cita en Bellas Artes
Con un corazón de mujer, Melina León se encamina a su primera cita en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré. Su equipo de producción lo componen el coreógrafo Aníbal Marrero, un cuerpo de ocho bailarines, su orquesta, reforzada por el guitarrista Ito Serrano y la diseñadora Stella Nolasco, entre otras personas.

“En este concierto voy a tener una mayor participación en los bailes. Estamos montando el repertorio, basado en todos mis discos y con algunas variaciones, porque no sólo cantaré merengues, sino que incluiré baladas”.
Las funciones de Corazón de mujer, título de su reciente álbum con Sony Latin, se llevarán a cabo el sábado 6 de octubre a las 8 p.m. y el domingo 7 a las 5 p.m. Los boletos, cuyos precios fluctúan entre $25 y $60, están a la venta en Ticket Center y Bellas Artes.

“Me ha sorprendido vender dos funciones en un momento de tanta tristeza en el mundo. Se han cancelado otros espectáculos y pensé que me iba a suceder lo mismo, pero gracias a Dios pudimos abrir una segunda función”.

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