
Ahora está de vuelta con una voz madura, como se aprecia en su nuevo álbum “Temptation” del sello discográfico Sony Discos, y una imagen fresca tras rebajar 51 libras mediante ejercicios y dieta, además del respaldo de su esposo y amigo, Christopher Petrone, de procedencia italo-puertorriqueña.
“Me tomé dos años libre para salir como una nueva artista. Una persona enfocada en mi carrera, en mi familia, una mamá muy dedicada a mis hijos”, expresa la artista en entrevista con PRIMERA HORA.
Brenda K. Starr, nacida en Nueva York, de padre judío y madre puertorriqueña, está de visita de promoción en la Isla acompañada de su media naranja, quien cuida cada detalle de su apariencia hace cinco años.
“Él vigila que las cosas estén bien. Él me ayuda con todo… Sabe lo que a mí me gusta”, comenta la cantante ante la mirada de su marido.
Christopher, por su parte, la admira como madre y mujer. “Ella es sexy y maravillosa”, dice en inglés, puesto que no domina el español.
La pareja se conoció mientras cada uno aguardaba en un tapón en la ciudad de Nueva Jersey. Luego de cruzar miradas, ella se estacionó detrás de un policía mientras él la siguió y le brindó su teléfono.
La intérprete del sencillo “Por ese hombre”, éxito que grabó junto a sus colegas Tito Nieves y Víctor Manuelle, es madre de Keyla (12 años), Tori (8 años), Christopher (3 años) y Gianna (2 años). Con ellos “cierra la fábrica”, asegura.
Al cabo de seis meses, Brenda K. Starr llamó a Christopher y comenzó una amistad telefónica, que terminó en boda. La petición de matrimonio sucedió en el punto donde coincidieron en el tapón.
Para poder sorprenderla, su entonces enamorado se las ingenió al decirle que una de las gomas del carro tenía problemas y le pidió que se bajara a ayudarlo. Así le entregó una sortija de compromiso, que ella celebró con saltos en medio de la carretera.
Feliz de rebajar 51 libras
Brenda K. Starr no se sentía feliz con su peso anterior de 174 libras, puesto que, además de no estar saludable, no podía cumplir con las exigencias de imagen que requiere su carrera.
“No me sentía contenta, un poco más llenita y quería cambiar eso porque, dentro de este género de música, uno tiene que mantenerse, escoger la ropa que me gusta y fue un poco difícil encontrar ropa sexy en talla 14 al 16 y dije: ´Bueno, es un reto bien grande para mí, pero es un sacrificio y lo puedo lograr´”, manifiesta orgullosa.
Su transformación física resultó de una rigurosa rutina de ejercicios de resistencia y clases de “kick boxing”, que le impartía su hermano, el ex boxeador Michael Domínguez, de tres a cuatro días por semana.