
En su álbum anterior, “Poeta y guerrero”, el compositor plas-mó sus vaivenes por la vida, pero esta vez retoma el sentimentalismo que lo consagró en los primeros años de su carrera.
“Canté música romántica hasta ´Poeta y guerrero´, por lo que siempre he hablado de las realidades dentro del romance. La música ha sufrido cambios y quiero conquistar al público bailador a través del ritmo. Con una temática cruda es difícil entrar, por eso lo romántico. Pero no voy a dejar de hablar de las cosas que son necesarias para ser mejores seres humanos”, subraya el intérprete de “Se necesita un milagro”, cuyo único tema de corte social en el disco es “Los acasos”.
En esta composición de su inspiración, el vocalista se cuestiona las razones de un ser para cargarse de pensamientos negativos y enfilar sus acciones en contra de la humanidad.
“Me puse a pensar en cómo puede ser posible que se interrumpa el proceso de una mente saludable y lleve a una persona a hacer daño. Cada vez que escribía un acaso, me hablaba a mí mismo. Esa es la única que aborda algo social, las otras son de amor”, detalla el artista, quien admite que, aunque incorpore temas pasionales como “Nos sobra la ropa”, sus letras “pasan por el cedazo de la palabra del Señor”.
“Derechos reservados”, producido por Isidro Infante, se transformó además en un espacio de expresión musical para Domingo Quiñones, quien aborda los géneros del rock y la balada. El sonero admite que, a pesar de que se crió rodeado de salseros, “puedo expresar mi verdadero yo a través del rock”.
“Nunca me he sentido como el estereotipo de salsero que existe porque voy evolucionando. No quiero que me vean como un salsero, sino como un obrero de la música”, puntualiza el también productor, quien dedica este trabajo musical a su nieta Anushka.
Domingo Quiñones reconoce que su paso por la música comercial tendrá su fin. Aunque no se vislumbra completamente lejos de los escenarios, acepta que su vida tomará otro rumbo.
“Va a llegar el momento en que no haré esta música porque Dios está hablando con mi corazón… Ya lo he sentido y estoy seguro de que grabar este tipo de música no va a ser parte de mi futuro. Quiero hablar con el público de otras cosas que son más importantes. Estoy preparándome para sobrevivir con otros medios y me estoy preparándome emocionalmente”, revela el cantante, quien no se refiere a que se convertirá en un predicador, sino en un ser con ánimo de transmitir aliento a los demás.
Su faceta de actor
Domingo Quiñones obtuvo el respeto y admiración de la clase artística por su encarnación del fenecido salsero Héctor Lavoe en la exitosa obra “Quién mató a Héctor Lavoe”.
A raíz de esta brillante interpretación, su faceta de actor continúa desarrollándose en películas para la televisión como “Sudor amargo” y en su próxima participación en una cinta de Hollywood en torno a la vida del legendario salsero Héctor Lavoe. Para este filme se gestiona aún la intervención del cantante Marc Anthony como el fenecido salsero. Asimismo, se prevé la participación de la afamada actriz y vocalista Jennifer López.
Aunque la personificación de Héctor Lavoe le mereció un premio ACE, Domingo Quiñones entiende que se gestiona impulsar a una figura con potencial internacional y taquillero.
“Entiendo el punto realista porque quieren un nombre y por eso se habló de Marc. Esta será la oportunidad más grande de su vida dentro de la actuación… Soy realista y sé que están invirtiendo su dinero, por lo que quieren un nombre. Eso sí, me siento capaz de hacer esa película y mucho más”, destaca el actor, quien representará en la historia al manejador del fenecido sonero, “Cuqui”.
De otra parte, Domingo Quiñones se apresta a realizar un documental educativo junto al productor David Impelluso, en el que se reseñará su crianza en Nueva York, su paso por el mundo de las drogas y su rehabilitación. Adelanta que se augura suministrar este proyecto a las escuelas y a los centros de rehabilitación.
Asimismo, el pronto autor de un libro se unirá a un grupo de artistas en un espectáculo, previsto para febrero, a beneficio del Hogar El Paraíso, en Santuce. Este albergue provee ayuda a deambulantes.