
El nuevo álbum se titula simplemente La Perfecta II y representa “un cóctel musical de oxígeno en una época en que no hay orquestas que toquen así”, según Palmieri.
“Lo más importante de este disco”, declaró el artista, “es el diseño de las estructuras musicales, concebidas 41 años atrás y que hasta hoy día conservan su vigencia”.
Pese a que la mayor parte de sus temas de salsa se estrenaron en la década de 1960, el álbum tiene un sonido más moderno que muchos de sus competidores.
En su entrevista, el pianista y director de orquesta puertorriqueño contó que tras la muerte de los trombonistas de la orquesta original -el norteamericano Barry Rogers y el brasileño José Rodrigues- “yo prometí que nunca volvería a grabar estos temas”. La Perfecta se desbandó en 1968.
Pero el año pasado, “el joven trombonista Doug Beaver se dedicó a escuchar las viejas grabaciones de la orquesta y a transcribir su música de los discos al pentagrama y un día la escuché tocada por un grupo de músicos en un ensayo y cambié de idea”, dijo Palmieri.
El resultado de ese cambio de opinión es el nuevo disco compacto del sello Concord. El álbum tiene cortes de salsa “dura” y también de jazz latino “duro”, en que sobresalen músicos como el cubano Erik Zervigón y el puertorriqueño Dave Valentín en la flauta, y otro cubano, Dafnis Prieto en los tambores. El vocalista es el puertorriqueño Herman Oliveras.
“En esta grabación he tenido el marcado privilegio de trabajar con un elenco de músicos que fueron capaces de recrear las composiciones de La Perfecta y de interpretarlas por primera vez desde que se grabaron originalmente y se tocaron en las salas de baile” de Nueva York, dice el artista en sus notas de presentación del álbum.
El maestro resalta en esas notas los cortes El molestoso, Cuídate compay, Tu, tu, ta, ta, Tirándote flores y ¡Ay, qué rico!, como temas ejecutados con particular maestría por los nuevos músicos, que demostraron plena comprensión de “la ingeniería estructural generada por el sonido original de mi primer conjunto”.
El álbum se grabó en poco más de una semana en los estudios Masterdisk de Nueva York.
A una pregunta sobre por qué pasó del sello RMM a Concord, Palmieri respondió que “RMM se declaró en bancarrota y después mi hijo logró un contrato con el sello Concord. Ahora estamos muy contentos en esa compañía disquera”.
“La bancarrota de RMM fue algo muy triste para mí”, comentó Palmieri.
“Y para el talento nuevo, su desaparición quiere decir que ya no tendrán un sello hispano como ése que les brinde la oportunidad de grabar sus primeros discos para luego pasar a los sellos mayores”.
El sello RMM, para el que grabaron artistas tan populares como Marc Anthony, Celia Cruz y Tito Puente, se declaró en bancarrota en junio del año pasado.