
Afuera, su papá caminaba con el ceño fruncido, lamentando la forma en que la ola criminal que azota el país marchitó en pocos minutos la felicidad de una familia.
A pocos pasos, en otra capilla de la misma funeraria, lloraba la familia de José R. Rivas, el segundo de los tres jóvenes asesinados el sábado en el pub Weekend´s Bar & Grill.
Tres familias, que no se conocían entre sí, según la investigación preliminar de la policía, unidas por la desgracia.
En la madrugada del domingo una llamada telefónica despertó al cantante Sammy Marrero.
“Me llamaron a mi casa… Tuve el presentimiento de que algo malo había ocurrido. Recordé cuando, años atrás, en 1980, me llamaron para decirme que mami estaba enferma y al salir de Carolina se me reventó una goma y sólo alcancé a darle un beso antes de que su cuerpo se pusiera frío como el hielo”, expresó el cantante de La Selecta.
“Ella vivía en Bayamón, se dedicaba a ofrecer servicios domésticos. Somos de una cepa de gente humilde y sencilla, pero con mucha honra y nos hemos ganado el pan trabajando”, relató el cantante de la conocida orquesta La Selecta.
En una extraordinaria muestra de amor y control, el domingo Marrero dedicó a la infortunada su presentación con La Selecta sin que el público sospechara que cada pregón estremecía su corazón.
“Ay, ay, ay, qué tristes son los recuerdos, ay, ay, ay, cuando nos hieren adentro”.
La última vez que padre e hija intercambiaron besos y abrazos fue el viernes. Ruth Dalia, quien hace nueve años lo convirtió en abuelo, le pidió la bendición y Marrero la besó en la frente y le dijo que se cuidara.
Los restos de Ruth Dalia Marrero están expuestos en la Funeraria Alvarez y hoy en la tarde recibirán cristiana sepultura en el cementerio Los Cipreses.