Insospechados los rumbos de Ruben Blades

El artista panameño es uno de los pesos pesados de la discografía americana por su figuración y ventas.

Se le puede catalogar como una auténtica superestrella de la música afroamericana, no sólo por la acogida que ha tenido su producción musical en cuanto a melodías se refiere, sino por los contenidos contestatarios y disfuncionalistas que ha llevado al vinilo y por ende a la memoria colectiva de millones de latinoamericanos con el relato musicalizado de historias, lances y tragedias que pululan por las barriadas y suburbios de ciudades, desde una cualquiera de las deprimidas del subdesarrollo hasta la conflictiva, plena de luces y estrepitosa Nueva York.

Blades, “producto discográfico” apetecido por su impacto en las ventas de ese segmento del mercado durante casi cuatro décadas de fulgurante carrera musical, ha propiciado millonarios ingresos a sellos como Fania, Elektra y Sony-Music.

El músico ostenta un nada despreciable currículo artístico de 20 álbumes grabados como solista, más otras 15 grabaciones como invitado en producciones discográficas que hacen parte de los clásicos del genero.

A ello hay que agregar, a manera de “ñapa”, la consecución de cuatro premios Grammy, la participación como actor en 26 películas, el ganar un premio ACE al mejor actor de la industria del cine por Cable televisión de Estados Unidos (Dead Man Out, HBO, 1989), las nominaciones para dos Emmy (Crazy from the Heart y The Josephine Baker Story) y como mejor actor por los Productores de Cine Independiente de los Estados Unidos en 1989 por Dead Man Out (con Danny Glover).

Música, actuación y política
El cantante, que además de cantautor y actor es experto en leyes, ha dicho que su intención es promover y comercializar su producción discográfica a través de su portal cibernético. Iniciativa que en principio comienza con la promoción gratuita de creaciones originales pop-rock hechas por artistas noveles que no han tenido oportunidad de difusión y distribución de sus obras, las que pueden ser bajadas de la red sin el pago de cargos previos, y tras ser evaluadas por los cibernautas pueden obtener una retribución económica, opcional, a juicio del comprador.

Según anuncia el portal de Internet, el proyecto es un experimento que permitirá decidir si en el futuro tanto Blades como muchísimos otros artistas podrán prescindir de intermediarios y disqueras para ofrecer su trabajo a menor costo para el consumidor final.

El artista conserva los beneficios directos de su labor con la eliminación de una parte sustancial de las utilidades que hoy quedan en manos de disqueras, agentes, distribuidores y otros integrantes de la cadena de intermediarios que ahora se dan en el complejo mercado del “business-music”.

Blades, además de músico vernáculo es graduado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Panamá y de la prestigiosa Harvard Law Graduate School, de la que salió en 1985 cuando era más agudo el conflicto social latinoamericano, por las presiones a que era sometida la región por el predominio de intereses políticos y económicos auspiciados por Estados Unidos y la Unión Soviética en el trayecto final de “guerra fría”.

El destacado cantautor ha tenido también figuraciones y aspiraciones políticas como las de Embajador Mundial contra el Racismo hecha por las Naciones Unidas en el año 2000 y la de creador del partido político panameño Movimiento Papa Egoró, pero no ha contado con decisivo respaldo popular.
Cuando se presentó como candidato presidencial en las elecciones de 1994 en Panamá obtuvo tan sólo un 20% de la votación nacional, para ocupar el tercer lugar dentro de las votaciones de 27 partidos políticos participantes.

Al servicio público
Blades, según ha hecho público, planea regresar a su patria a finales de este año para dedicarse al servicio público durante un período que él mismo ha fijado inicialmente en cinco años.

Su más reciente vínculo comercial con Sony Music terminó de manera abrupta en medio de una conflictiva ruptura, lo que llevó al “paña-man” a hacer fuertes declaraciones en contra de las productoras de disco con expresiones en cuyo contenido hubo altisonancias tales como: “Uno se cansa de que las disqueras se queden con nuestro dinero y que al final ni los discos nos pertenezcan. Ahora será diferente. Con una promoción bien pensada podemos mercadear nuestra música por la red a nivel mundial”. Tal reacción llegó como consecuencia de la retención contractual ejecutada por Sony Music de una parte de sus catálogos, que contienen clásicos de la música afrocaribe como los realizados con el puertorriqueño Willie Colón, Seis y Son el Solar y Editus Ensemble.

Al despedirse el cantautor y actor por desavenencias comerciales de Sony Récords luego de la producción discográfica Mundo, la multinacional japonesa retuvo parte de su catálogo, dentro del que se encontraban los discos Caminando, Amor y Control, Tras la tormenta, grabados con Willie Colón; La rosa de los Vientos y Tiempo y Mundo.

Posterior a esto, la disquera anunció su intención de sacar al mercado una producción con la recopilación Una década para dar a conocer la evolución de la música de Blades durante la última década del siglo XX, en la que aparecerá una fotografía inédita de Blades y las letras de Caminando, Camaleón, Prohibido Olvidar, Adán García, Amor y Control, Creo en Ti, Tras la tormenta, La Rosa de los Vientos, entre otras.

Sobre “Tite” Curet Alonso
“ME LO ENCONTRE en 1972, en el área del Condado, la misma noche que conocí a mi ídolo, José “Cheo” Feliciano. Era yo un muchacho lleno de sueños e ideas, estudiante universitario, de vacaciones en Puerto Rico. Había oído hablar de Tite en Panamá, por su trabajo (“La Tirana”, por ejemplo) y porque había recientemente compuesto éxitos como “Anacaona” y “Mi triste problema”. Esa noche, esperando a que empezara el ´show´ donde por primera vez vería a Cheo, pasé una hora y más conversando con Catalino “Tite” Curet Alonso sobre la música del Brasil y del Caribe. Esa noche descubrí lo que confirmaría mi futura relación con este compositor de compositores: Curet era un gran conversador, lleno de anécdotas, juicios y conceptos, poseedor de una sofisticación inimaginable y de un sentido del humor lapidario. Excéntrico, pero siempre humilde, cariñoso pero siempre reservado, accesible pero distante, los silencios de Tite y sus traviesos ojos decían tanto, o más, que sus palabras.”

(Fragmento de una crónica, escrita por Rubén Blades, sobre Catalino “Tite” Curet Alonso. Se puede accesar en el rubenblades.com)