
Don Omar asegura que era “un hablador en el salón de clases e inteligente, todo lo quería contestar, era el estofón, y me gustaba”.
“Ah, y era enamorao. Me gustaba una nena en cada salón de clases como Kendra Martínez (en primero y sexto grado), Cindy, Jennifer (segundo), Wanda (tercero), Michelle (cuarto) y Tania (quinto)”, acota con picardía sobre sus años en el plantel escolar “Pascacio P. Sancerrit”, de Vistamar, en Carolina.
Tego Calderón, sin embargo, señala entre risas que era de los que se portaba bien hasta sexto grado, porque tenía a su mamá Pilar Rosario en la escuela “Antera Rosado”, de Río Grande, donde se crió.
“Por eso bregaba bien. Mami me dio clase (de español) en quinto y sexto. En las clases estaba colgao, me portaba bien en algunos salones. No era estofón, traté pero no llegué”, dice.
Los mismos “tráfalas” y “pobres diablos”
Habrá cuatro ediciones fotográficas de cada artista, cuyas carreras se encuentra en la cúspide más por la gran acogida del público, según reconocen, que por su talento.
Tego y Don Omar, quienes se conocen hace unos cinco años, se mantienen con los pies en la tierra pese a su fama pues tienen claro que antes “no éramos nadie”.
Y ahora con la arropante popularidad siguen siendo los mismos “tráfalas”, como dice Tego, y los mismo “pobres diablos”, a juicio de Don Omar.
Respecto a esta oportunidad, Don Omar reitera que “esto no es porque Tego y Don Omar llamaron a las libretas Superior para salir en las portadas”.
“Es gracias a la gente de Puerto Rico que quería ver a Tego y a Don Omar en las libretas por nuestro trabajo. Cuando me llamaron pregunté quién iba a estar y cuando me dijeron que era ´El Negro´ dije que sí sin pensarlo”, apunta Don Omar, quien precisamente ha tomado unos días de asueto para recuperarse de su condición asmática.