Noticias

Truco y Zaperoko marca un nuevo concepto su fusión caribeña

Tota
Comparte:
MUY pocas veces el arrojo y el entusiasmo se conjugan con la pasión por hacer música, resultando en una propuesta armónica y cadenciosa que camina adelantada a los tiempos, como sucede con la nueva producción discográfica “Música universal”, del grupo Truco y Zaperoko.

Este álbum, que ya ha recibido de regalo una nominación a los premios “Grammy” en la categoría de salsa y merengue, es el resultado del experimento de la fusión caribeña que desde hace varios años desarrollan los músicos Edwin Feliciano y Miguel Maysonet, líderes de la agrupación.

Se trata de un trabajo que cabalga al interior de la tradición de nuestros ritmos nacionales de bomba y plena, en combinación con una amplio conglomerado de ritmos afroantillanos, como el songo, la salsa, el guaguancó, la rumba y el jazz latino.

De esa manera, los integrantes de Truco y Zaperoco se lanzan al ruedo con una producción creativa muy pocas veces elaborada en el mercado tradicional, cuyo resultado, desde la perspectiva rítmica y sociocultural, sólo podría compararse con las grandes innovaciones desarrolladas en el entorno caribeño en la última mitad del siglo 20, a la sazón de los trabajos de Irakere, Batacumbele, La Máquina del Tiempo de Rafael Cortijo, Descarga Boricua o Los Van Van de Juan Formell, con énfasis suplido en preservar la bomba y la plena.

En ese sentido “Música universal” es diferente y, como señala Edwin Feliciano, es “un nuevo concepto que logra interpretar un songo, una rumba, una cumbia y una samba con la plena y la bomba sin que haya choques de tambores, porque ese es el asunto, que esté presente siempre la clave y los tambores, en un juego en el que todos los golpes tengan su personalidad”.

Un primer intento de llegar a este concepto se trabajó en el grupo en su primera producción, “Fusión caribeña” (1999), que incluyó con cierta sutileza la combinación sonora de la rumba con la plena, como se apreciaron en los temas “Brilla el sol” y “Vámonos pa´l carnaval”, que gozaron de buena aceptación en el público.

En aquella ocasión también incluyeron los temas “El cuarto de Tula” y “Porque te adoré”, con los que comenzaron a mover la imagen sostenida de un grupo de plena tradicional hacia una dimensión más compleja en su propuesta rítmica.

“´Fusión caribeña´ es la parte inicial del nuevo proyecto. A partir de ahí comenzamos a buscar temas y trabajos que pudieran igualar lo que habíamos logrado y, al mismo tiempo, superarlo. No fue difícil porque tenemos un grupo que ya tiene madurez y toca con mucha naturalidad los ritmos fusionados, sobre todo los percusionistas”, sostiene Edwin Feliciano, durante un encuentro que sostuvo con sus compañeros de orquesta y PRIMERA HORA, en la playa de El Condado.

Miguel Maysonet, por su parte, está convencido de que “Música universal” es un trabajo pensado para que le guste tanto a los folcloristas, como a salseros o los amantes del jazz. Aseveración que sostiene con el apoyo que hasta el momento ha recibido del público.

Confiesa, además, que en un principio hubo cierta resistencia en varios integrantes del grupo de lanzarse a la osada tarea de la innovación, por venir de una larga tradición musical de décadas arraigados a la “plena pura”.

Truco y Zaperoco, que es el resultado de la fusión de los Pleneros del Truco con el conjunto Zaperoko –que era más atinado al sabor afrocaribeño con influencia de los cubanos de Van Van, el pianista boricua Eddie Palmieri y Rafael Cortijo– pretenden, ante todo, abrir con su trabajo un espacio más sólido para el desarrollo y la difusión de la música puertorriqueña dentro y fuera de la Isla, lo que ya han comenzado a lograr.

“Música universal”, que el próximo 8 de febrero se medirá en el Centro Staples de Los Ángeles frente a las producciones “Regalo del alma” de Celia Cruz; “Latin Songbird: Mi alma y corazón” de La India; “Le preguntaba a la luna” de Víctor Manuelle; “Tequila y ron” de Ismael Miranda; y “Perseverancia” de Tito Rojas, contó con equipo selecto de músicos que supieron imprimirle al trabajo el concepto de unidad sonora antillana que lo hace capaz de transgredir fronteras.

La versatilidad de la producción se armó, a su vez, con la sabia interpretación que le imprimió Richard Martínez, que ha dado sobradas muestras de su talento como cantante de sólido sabor caribeño.

Junto a él, Luis “Shaiky” González, de probada veteranía en las lides musicales, con quien se completó el saoco vocal del grupo, presto para disfrutarse con los temas “Miedo y terror”, “En el café”, “La anguila”, “Me fascina”, “La olla”, “Señora plena”, “Cotidiano”, “No sé lo que pasó”, “María Luisa”, “Oye papá” y “Papo son

Exit mobile version