
El Encuentro de Melómanos y Coleccionistas hizo su apertura en la Feria de Cali, bañado por mucho sabor y algo de agua. Una vez más el Parque de la Música, al norte de Cali, le abrió las puertas a los cientos de amantes de los géneros tropicales.
“Aquí sí se vive la feria”, le oímos decir a un rumbero mayor, mientras masticaba con ansias un chorizo.
Y es que hoy hubo de todo en el día inaugural de este evento. Lo confirma el mismo Óscar Cardozo, fiel coleccionista y el mayor promotor de unir en un mismo espacio a personalidades de la región.
A la tarima subieron desde el general Luis Alberto Moore Perea, comandante de la Policía Metropolitana de Cali, hasta la actual soberana de la belleza vallecaucana, Stephany Ospina, quien presentó la canción El Rincón.
“Fue una experiencia muy significativa que sirvió para acercar a la gente del común a ciertas personalidades. Al principio hubo un brote de rechazo del público, pero cuando comenzó la presentación de las canciones todo cambió”, contó Cardozo.
Pese al éxito de la iniciativa, el melómano tradicional, el de la vieja guardia, el que azotó baldosa en los griles El Séptimo Cielo, Escalinata o Madera, no sintió con la suficiente emoción esta convocatoria.
A los melómanos les preocupa más que se le aclare por qué cada año sube el alquiler de las casi 70 casetas de música que hay en el Parque, y que en esta edición llegó a los $750.000 cada una por los seis días de Feria.
El próximo 30 de diciembres, en la Loma de la Cruz, se reunirán varios coleccionistas de 3:00 p.m. a 12:00 p.m. La idea: llevar su música a otra parte.
Así lo ratifican Germán Saldarriaga (en el video) y Héctor Fabio Gaitán, quienes llevan cerca de 30 años coleccionando música. “El 90% de quienes alquilan casetas aquí son melómanos de tradición popular y cultural, no tenemos ningún ánimo de lucro, llevamos la música en la sangre. Sólo el 10% es coleccionista y no le importa pagar un alto precio por un long play”, dice Saldarriaga.
Todo parece indicar que desde que el evento fue tomado por Corfecali, los intereses tomaron otro rumbo, otro ritmo, un son que nos les gusta bailar a los melómanos caleños, que recuerdan con gratitud la labor que emprendió Gary Domínguez, el mayor motivador del encuentro, un hombre al que califican como “muy noble, que entregó lo mejor de si para el evento”.
“Este incremento de los costos afecta directamente a todos los que se ganan la vida aquí, a los que venden la comida, a los que alquilan el baño, y por supuesto, perjudica al público”, comenta Saldarriaga, quien dice que por esa razón prefiere llegar bien “comidito” de la casa.
Este malestar lo sienten, incluso, algunos asistentes que agregan que “fue por eso que algunos melómanos armaron toldo aparte”.
Pese a los ires y venires del Encuentro de Melómanos, no se puede negar que la acogida es satisfactoria. Lo demuestran los caleños y visitantes que pese al agua, no abandonaron el Parque. Debajo de las carpas seguían ‘echando’ paso porque un espectáculo así no puede morir.