
La música y la vestimenta de los exponentes del Reggaetón, como se le conoce a esta derivación caribeña del Hip-Hop, han sido asociadas al estilo de vida de los pandilleros en las grandes ciudades de Estados Unidos y América Central.
El músico se presentará hoy en el Estadio Nacional de fútbol Mateo Flores, el más importante de la capital, y el costo de los boletos oscila entre $20 y $80.
“Desde que comenzó el género yo oigo ese comentario (que es música para pandilleros) pero eso ya pasó a la historia… es una música popular”, dijo el martes el cantante boricua en una conferencia de prensa en esta capital.
El reggaeton ha provocado críticas de los grupos religiosos conservadores sobre todo por el explícito contenido sexual del Perreo, la danza característica de este género musical. Pero el autor de “Lo que pasó, pasó”, “Gasolina” y otras tonadas causa furor entre las audiencias más jóvenes.
“Ha estado buena la venta pero aún hay entradas, la mayoría son jóvenes de 14 a 25 años”, dijo el martes a la AP la dependiente de la tienda de discos Insomnia Luisa Morales.
Aunque dedicó la mayor parte del tiempo en enviar saludos a las emisoras locales, el cantante aprovechó una de las preguntas para comentar que no trabajó el primero de mayo durante el paro general convocado por los emigrantes latinoamericanos en Estados Unidos para protestar contra las medidas migratorias que propone la administración estadounidense.
“Me sentí muy orgulloso de ver a tanta gente… espero en Dios que haya una reforma justa para todos”, indicó.