
Elvis Crespo, en tanto, permanecía cabizbajo, escondido bajo el ala de un sombrero, para evitar cruzar miradas con la menor a la que dio su apellido hace tres años y que ahora duda ser su progenitor.
En otros momentos, el merenguero se distrajo con un celular y leyendo un folleto informativo sobre la prueba de paternidad a la que se sometió ayer, jueves, junto con su ex pareja Sheila Ramos, y la menor Alanis Thais Crespo Ramos. Todo por evitar mirarla.
Sólo en un instante, según apreció PRIMERA HORA, el cantante miró hacia el frente, donde permanecía la niña en la falda de su madre mirándolo y señalándolo ingenuamente, y medio sonrió, pero nada más.
Su esposa Ana Ceruto, en tanto, se mantuvo a su lado, con un semblante más o menos tranquilo.
Así transcurrieron los minutos previos a la toma de muestras de saliva para las pruebas de paternidad (ADN) que solicitó Elvis Crespo para corroborar que la niña –que nació de su relación extramarital con Sheila Ramos– sea su hija biológica.
No obstante, ya la había reconocido como suya desde su nacimiento hace tres años y dos meses, más le paga manutención.
Las pruebas se realizaron en el laboratorio de histocompatibilidad en el Recinto de Ciencias Médicas, de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras.
Al cuarto donde se tomaron las muestras entraron únicamente Sheila Ramos, Elvis Crespo, Alanis Thais y una tecnóloga médica, que prefirió no ser identificada.
En los cinco a diez minutos que permanecieron encerrados en aquel pequeño espacio, tampoco hubo intercambio de palabras entre el padre y la menor, ni del padre hacia la madre.
El primero que salió fue Elvis Crespo que, intentando zafarse de la prensa, caminó “duramente” por el pasillo del edificio ajeno a los escenarios donde se da a conocer con éxitos como “Suavemente”.
Una vez se sintió en un espacio más abierto se dirigió a la prensa en un tono molesto: “Les voy a solicitar que me den la oportunidad de recibir los resultados, que son en las próximas dos semanas. Tan pronto tenga los resultados, mi relacionista pública, Helga García, hará un llamado a los medios de prensa y dará las razones. Gracias por estar aquí”.
Así se distanció de la alegría y lo agradecido que dijo estar hace tres años y dos meses, cuando nació la menor, con la que, inclusive, posó para los medios de comunicación.
“(Quiero) dar gracias a Dios que me ha dado una vez más la bendición de ser padre, regalándome una hermosa hija, pero lo más importante, saludable”, expresó por escrito en un parte de prensa enviado un día después del nacimiento de Alanis Thais, el 19 de noviembre de 2002.
Sheila Ramos llegó al piso 3 del Recinto de Ciencias Médicas temblorosa y llorando. Dijo que le daba sentimiento someter a su hija a ese proceso y también temía por cómo reaccionaría Alanis Thais a la presencia de su padre.
Su temor era válido, pues la menor inmediatamente lo reconoció, y según el padre de Sheila, José A. Ramos Ortiz, hasta quería pedirle la bendición.
Pero la madre no lo permitió “porque él no hizo el intento de acercarse a la nena, y vamos a esperar ahora que salgan las pruebas”, apuntó al terminar el proceso.
Ya más calmada, la joven oriunda de Cayey se reafirmó en que desconocía las razones que han hecho dudar a Elvis Crespo sobre la paternidad de la coqueta Alanis Thais.
Negó, asimismo, que su primogénita sea fruto
de una relación con un pelotero, como se ha especulado.
“Si hubiera tenido otra relación en el tiempo en que estuve con Elvis, lo habría admitido”, sostuvo.
Sheila Ramos no respondió directamente a la interrogante de si la esposa de Elvis Crespo tenga algo que ver en el cambio de actitud del artista, no obstante, “si tiene que ver, le di ya la prueba de que no tengo ninguna duda”, tras aceptar realizarse los exámenes de ADN.
El abuelo materno de la menor, quien asistió con su esposa Petra Virgen Rodríguez, se refirió a Elvis Crespo como una persona que no toma decisiones firmes, que “piensa más en lo material que en lo espiritual”.
El artista informó su reconciliación con Dios desde marzo del año pasado.
José A. Ramos Ortiz sentenció además que se encargará de dejarle saber a su nieta lo que le hizo su padre.
Los resultados de las pruebas deberán estar listos en dos a tres semanas. El margen de confiabilidad es de 99.9%.
Sheila Ramos, segura de que el resultado será positivo, comunicó que no tiene “ningún inconveniente en que la niña se relacione con su padre”.