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Isidro Infante orienta la nueva época musical

Tota
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EL futuro de la industria musical en Puerto Rico y el mundo está en manos de los productores independientes y sus sellos. Ellos, casi siempre, conocen la música de cerca porque también son instrumentistas y cantantes; pueden negociar decisiones con los artistas con los que trabajan y, más importante aún, suelen confiar en el talento que identifican mediante la observación cuidadosa.

A ellos deben recurrir los interesados en ser nuevas estrellas musicales antes de hurgar fuentes de financiamiento para producir demos y llevarlos a las disqueras.

Ellos, además, catalizarán “el nuevo ciclo, la nueva época musical” que busca el público y que, en el caso de los salseros, se orienta hacia las raíces del sonido fuerte. Las multinacionales sólo se encargarán de la distribución.

Esta línea de pensamiento es la que defiende el veterano productor artístico y arreglista puertorriqueño Isidro Infante, quien actualmente se encarga del disco del novel cantante Arquímides González, finalista de la tercera edición de “Objetivo fama”.

Y es que así lo ha comprobado su vasta experiencia en este trabajo, que se remonta a la época dorada de Tito Puente.

“¿Qué hubiera pasado con Celia Cruz, India, Marc Anthony, si las disqueras que los hubieran apoyado hubieran asumido la actitud que asumen ahora las multinacionales?”, se cuestiona reflexivo Isidro Infante.

Esas tres figuras tienen cuatro características en común: son indiscutiblemente talentosas, marcaron épocas de cambio con éxito arrollador y, sin ser deslumbrantes bellezas, poseen un estilo único.

Pero ninguno de ellos tuvo que agenciar dinero para, por su cuenta, grabar sus propias producciones y luego presentarlas a las compañías hasta encontrar una que le hiciera caso, como han tenido que hacer muchos nuevos artistas para conseguir exposición y desarrollarse.

“Quieren irse safe y buscan los modelos ya establecidos, sin saber que la gente lo que quiere es lo novedoso”, amplía para aludir, por contraste, a la valentía de los productores independientes.

La innovación melódica también resulta importante para el éxito de una nueva estrella, sin que “deje de ser comercial, mercadeable, porque tiene que venderse”. Las tonadas, entonces, deben ser sencillas y pegajosas, arguye el también pianista, dueño del sello P&I Music.

“Un tema como ‘La vida es un carnaval’ (de Isidro Infante), que fue un exitazo con Celia Cruz, no es ninguna ópera complicada. Al contrario, es simple, pero mezcla el mapeyé con tumbao y swing de salsa. Hay que hacer arreglos inteligentes pero que la gente los pueda entender”, argumenta Isidro Infante.

El resultado de malentender esta propuesta creativa es pensar que los cantantes deben responder a un modelo, afirma.

Las multinacionales, por ejemplo, se enfocan en los que han triunfado y luego quieren a los nuevos igualitos a ellos, como Marc Anthony. Al menos en Puerto Rico, por otro lado, descuidan el equipo de gente detrás del brillo del intérprete vocal.

“Los que están pegados aquí no lo están afuera, y viceversa”, indica sobre los salseros, cuyos músicos, arreglistas y directores reciben en Europa y Sudamérica la misma admiración que los cantantes.

Isidro Infante catapultó la carrera de Frank “Machito” Grillo, Ismael Rivera, Rafael Cortijo, Héctor Lavoe, Myrta Silva, Johnny Pacheco, Las Estrellas de Fania, Sarabanda, Willie Colón y Raphy Leavitt y La Selecta.

En la actualidad, además de Arquímides, promociona su disco de salsa “Dancemanía”, que reúne a Domingo Quiñones, Hermán Olivera y Johnny Rivera, entre otros, y produce los nuevos cedés de India y José Alberto “El Canario”.

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