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La batalla legal por ‘Buena Vista Social Club’ vuelve a Londres

Tota
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– La batalla legal en la que dos sellos musicales se disputan la propiedad de los antiguos ritmos cubanos que dieron la vuelta al mundo gracias al éxito del álbum ‘Buena Vista Social Club’ volvió esta semana a un tribunal de Londres, donde había comenzado en mayo de 2005.

Los abogados de la compañía estadounidense Peer International Corporation y los de la empresa Editora Musical de Cuba (EMC) se enfrentaron nuevamente por los derechos sobre esta música el lunes y el martes en una pequeña sala del Alto Tribunal de Londres.

El sello Peer ha afirmado que tiene desde 1930 los derechos de muchos de los temas del álbum ‘Buena Vista Social Club’, cuyas canciones son interpretadas por leyendas como Compay Segundo, Ibrahim Ferrer y Rubén González -ya fallecidos-, Omara Portuondo, Eliades Ochoa y otros veteranos de la época de oro de la música popular cubana.

El sello estadounidense decidió demandar en Gran Bretaña a Termidor Music Publishers, que reclama los derechos exclusivos a través de EMC, y que buscó registrarse como la propietaria de las composiciones musicales en ese país.

Pero la Editora Musical de Cuba afirma que los compositores nunca recibieron un centavo por esas canciones, que han hecho bailar a generaciones de latinoamericanos, y ahora al mundo entero.

El sello cubano afirma también que todos los contratos originales no son válidos porque no están reconocidas por la ley y reclama para los herederos de los compositores pagos por los derechos de las canciones, ya que en la demanda legal están citados 14 compositores que ya fallecieron.

La Corte británica deberá decidir en las próximas semanas si los compositores fueron o no recompensados adecuadamente.

Por su parte, Peer, que tiene los derechos de muchas de las canciones que figuran en el álbum ‘Buena Vista Social Club’, asegura que pagó derechos a los compositores hasta cuando comenzó la revolución cubana, en 1959, después de lo cual el embargo impuesto por Estados Unidos impidió hacer pagos a Cuba, aseguró en el tribunal el sello.

La disputa se trasladó en septiembre de 2005 a La Habana por decisión del juez Sir John Edmund Frederic Lindsay, que afirmó que para dirimir el conflicto entre ambos sellos necesitaba escuchar los testimonios de primera mano en la capital cubana, ante la mala calidad de los testimonios llegados en vídeo a las audiencias en Londres.

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