Noticias

Marc Anthony, Marco Antonio Solís y Laura Pausini , juntos en el Escenario

Tota
Comparte:
El enorme éxito comercial de Juntos los tres —la gira de 2005 en la que el escenario fue compartido por Marc Anthony, Chayanne y Alejandro Fernández a lo largo de varias ciudades estadounidenses— hizo prácticamente inevitable que la idea se ponga nuevamente en práctica un año después.

Eso es justamente lo que ha venido sucediendo en los últimos días con la realización de Juntos en concierto, un show que, siguiendo la misma línea del proyecto anterior, recorre actualmente 12 importantes escenarios de Estados Unidos, teniendo esta vez como figuras en el estrado a la italiana Laura Pausini, el mexicano Marco Antonio Solís y el mismo Marc Anthony (único que repite el plato).

Es evidente que la nueva presencia de Marc Anthony no se debió únicamente a su disponibilidad, sino también al hecho de que se trata de uno de los artistas más populares y profesionales de la escena latina actual. Dueño de un estilo sumamente bailable, que combina eficazmente elementos de la salsa neoyorquina y el pop contemporáneo, el esposo de J-Lo —a quienes muchos trataron infructuosamente de encontrar cerca del escenario la noche del sábado en el Anfiteatro Verizon de Irvine— asegura siempre la venta masiva de boletos y un parejo nivel de calidad.

Aunque merecía ocupar el lugar de fondo, el cantante nuyorican fue segundo en el programa de sábado, dejándole en esta ocasión el horario estelar a Solís, debido a la muy conocida abundancia de público de origen mexicano en las inmediaciones de Los Ángeles. (Los artistas han dicho que se turnarán el orden de aparición en la gira, que llega esta noche al Anfiteatro Gibson de Los Ángeles).

Pero el sábado en Irvine Marc Anthony tuvo un enemigo inesperado: el sonido. Su desempeño escénico y vocal parecía ser impecable, pero los problemas de mezcla en la consola principal hicieron que el bajo eléctrico —un elemento que no resulta precisamente esencial en la salsa— tuviera un volumen excesivo y hasta disonante, echando a perder la correcta apreciación de su performance.

Esto se hizo claro en los momentos en los que el citado instrumento no se tocaba, cuando la conjunción de la voz y el piano daba cuenta de un gran nivel que se volvía confuso apenas se escuchaba la primera nota del bajo, que retumbaba a diestra y siniestra.

Nada de esto frenó el ímpetu del cantante, quien apareció en el estrado con un extravagante atuendo que enseñaba gran parte de su torso, aunque es bien sabido que su fisonomía no es precisamente atlética. Plenamente comprometido con su lado salsero en este show, empezó su set con Valió la pena y Tu amor me hace bien, dos cortes extraídos de su más reciente disco de material original, Amar sin mentiras (2004), acompañado por una orquesta de formación tropical y cuatro coristas.

Uno de los momentos más llamativos de su acto fue la interpretación de Ahora quién, otra composición del mismo álbum, que lo encontró enfrascado en una sofisticada balada y compartiendo responsabilidades vocales con una de sus espectaculares coristas.

Pese a los problemas de sonido, la audiencia le respondió muy bien, aunque los presentes no se mostraron particularmente diestros en el baile y la orquesta se limitó a cumplir un rol de acompañante, sin descargas ni solos que destacar.

No faltaron éxitos como Y hubo alguien (donde el cantante se puso a bailar con entusiasmo y mucho ritmo, mientras que la sección de vientos daba sus primeras muestras auténticas de vitalidad), Hasta que te conocí (el tema de Juan Gabriel que le dio muchísima popularidad en México, y que esta vez le sirvió para exhibir su impresionante —aunque muchas veces desmedida— técnica vocal), Te conozco bien (donde se dio el lujo de firmarle un autógrafo a una admiradora) y I Need To Know (la única pieza en inglés de la noche, marcada por la intervención de una batería).

Antes de Marc Anthony, y favorecida por un nivel de sonido mucho mejor —aunque tenía a muchos menos músicos en la tarima—, Pausini ofreció un espectáculo predecible, pero cargado también de mucha pasión interpretativa y de un sabio dominio de escena.

Sumamente carismática y abiertamente agradecida por el respaldo que le ha brindado el público, la vocalista italiana hizo gala de un estado vocal increíble, con una potencia y una capacidad para administrar el aire en las notas altas que puso a veces la carne de gallina.

Pausini empleó a dos coristas femeninas para realzar su presentación; lo cierto es que no le hacían falta, porque su voz propia posee una personalidad incuestionable, aunque el lado estrictamente creativo de lo que hace no resulte particularmente desafiante en términos artísticos.

De hecho, la simpática artista (que, al igual que Marc Anthony, no tiene un disco nuevo de material inédito desde hace dos años) se limitó a ofrecer un listado de grandes éxitos, incluyendo Entre tú y mil mares, Como si no nos hubiéramos amado y celebradas composiciones de sus inicios como La soledad y Se fue.

Marco Antonio Solís empleó también la técnica infalible de interpretar sólo las canciones favoritas del público, aunque su tendencia grupera le permitió alternar baladas y cortes de estilo regional, para cuya interpretación se colocó un vistoso sombrero norteño.

La decisión de ponerlo como número final pareció acertada en cuanto a consideración ala audiencia, ya que muy pocos abandonaron el local durante su acto, que con todo lo vistoso que resultó —no recurrió sólo a su conjunto musical habitual, sino que le sumó la participación de una competente sección de 15 violines—, presentó también varias fallas de sonido.

El cantautor michoacano —poseedor de una voz que, sin ser nada espectacular, resulta siempre agradable y controlada— recurrió a las cuatro pantallas gigantes del local para acompañar su set con imágenes extraídas de sus videos, en los que se exhibe casi siempre en situaciones amorosas, dando cuenta con su actitud (que incluyó también a varias bailarinas de escasa vestimenta sobre el escenario) que él mismo es una curiosa combinación de machista mujeriego y trovador romántico.

De este modo, desfilaron baladas pop como No hay nada más difícil, O me voy o te vas, Cómo fui a enamorarme de ti y, por supuesto, Tu cárcel, el mayor éxito de Los Bukis, su antigua agrupación; pero también se dejó escuchar Venia bendita, una pieza de carácter folklórico que le dio a Solís la excusa perfecta para pronunciar un breve discurso de tinte romántico. “Enamórense, por favor, porque con amor todo tiene sentido en la vida”, dijo.

Tal y como sucediera el año pasado, el concierto se cerró con los tres artistas participantes cantando Amigo, el emblemático tema del brasileño Roberto Carlos. Pero, en ese momento, los problemas de sonido se volvieron tan severos, que hubiera sido quizás mejor que cada uno se hubiera conformado con lo que le tocó en el momento de ocupar por cuenta propia el tabladillo.

Exit mobile version