Viuda de Ray Barretto consuela su pena con el calor del pueblo
Carga consigo una tristeza profunda por la muerte de su compañero por más de dos décadas, mas admite que su penar se consuela “al ver lo mucho que el público lo quiere”.
“Me he sentido bien triste, no lo puedo negar, aunque he estado alegre al ver el amor que le tenía la gente. Jamás imaginé que lo querían tanto”, expresa Annette Rivera, en entrevista telefónica con PRIMERA HORA.
La viuda del denominado “Rey de las Manos Duras” apenas ha dormido pensando en lo que le deparará el destino.
“No sé cómo sobrevivir ahora. Siento que de algún lado me viene la fuerza, aunque no sé de dónde. Pero hay muchas razones para pelear todavía por Ray porque esto no terminó el viernes. Sólo mi Dios lo sabe”.
Cuenta que el día del deceso de su esposo quiso retirarse en calma a su residencia en Nueva Jersey a descansar junto a su hijo Chris, luego de haber vivido una angustiosa jornada de 33 días en el hospital “sin comer y sin dormir”.
No quería pensar en nada, mas le abatió la soledad y no pudo contener el vacío que sintió en su hogar y tomó el teléfono. Entonces, llamó uno a uno a los músicos y amigos de Ray Barretto, quienes llegaron a su casa a elevar una plegaria por el afamado artista.
“Al principio, cuando salí del hospital, pensaba que quería estar sola, acostarme y dormir. Pero algo dentro de mí me dijo que necesitaba a los músicos y los llamé. Vinieron a mi casa y juntos lloramos, nos reímos y tocamos la música de Ray. El viernes y el sábado tuve las puertas de mi casa abiertas para todo el que quisiera venir. Fue una emoción bien linda, llena de risas y lágrimas. Todos hacían historias de él… fue triste y bonito celebrar su vida”, narró.
Al momento de la muerte de Ray Barretto, en la madrugada del pasado viernes, Annette Rivera estuvo acompañada de su hijo Chris, su hijastro Raun, su hermana Shelly y el músico Willie Olenick.
Fue Chris, precisamente, el último en despedirse de su padre.
“¡Ay, mi pobre hijo! Él estaba conmigo cuando pasó. Había llegado de tocar en una actividad y tan pronto salió llegó a ver a su padre. Estaba trajeado, tan bello y bien peinado. Era más de la medianoche, entró a la habitación y vio a su papá que estaba luchando, adolorido y cansado. Como ambos son músicos, él tomó su saxofón y le tocó a su papá por última vez. Afuera estábamos todos oyendo… Así se despiden los músicos. Fue algo hermoso”.
En un principio, Annette Rivera, a quien sus allegados llaman “Brandy”, no consideró realizar ningún acto funerario público para su esposo porque “siempre hemos sido una familia privada”.
Pensaba, en cambio, celebrar una actividad íntima con sus hermanas Aida, Miriam, Diana y Shelly, y los hijos del artista: Chris, Raun, Ray y Nelly. Empero, las muestras de afecto recibidas en los últimos días, acompañadas de la insistencia de los amigos de Ray Barretto, la persuadieron de la necesidad de ceder a la organización de una ceremonia para despedir al creador de “Indestructible”.
También consintió que los restos del artista fueran trasladados a Puerto Rico.
“Tengo un profundo agradecimiento con la gente, en especial con el público de Puerto Rico. Desde que Ray llegó al hospital comenzamos a recibir muchas cartas de sus fanáticos de la Isla y eran las más hermosas y sentimentales de todas. Tantas bendiciones y tantas muestras de amor y esperanza que recibimos de ellos (los puertorriqueños). Eran cientos de cartas y él las vio con sus ojos porque yo se las mostraba y le decía: ‘Mira, papa, qué cartas más lindas te escriben’.
Por eso tengo que darle las gracias al público y por eso decidí ir con él a Puerto Rico, por toda esa gente que sacó su tiempo para escribirle y estar con él. Ellos se lo merecen”, concluyó.
De finiquitarse todos los detalles logísticos para el traslado del féretro, el cuerpo de Ray Barretto deberá llegar a la Isla el jueves, concluida la ceremonia que le celebrarán mañana, miércoles, en la Riverside Memorial Chapel, en el corazón de Nueva York.
Los restos del artista habrán de estar expuestos la noche del jueves en la Funeraria Ehret de Río Piedras, y el viernes, su cuerpo será trasladado al Arsenal de la Puntilla, en el Viejo San Juan. Luego será cremado.
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“Sus muchas contribuciones nunca serán olvidadas”
Rubén Blades, cantautor: “Ray Barretto es un nombre que estará ligado para siempre a la música afrocubana y de fusión con el género del jazz. Siempre agradeceré la oportunidad que me brindó, en 1975, de participar como miembro de su afamada orquesta. Mi debut en Nueva York con Barretto inicia formalmente mi carrera como vocalista del género salsa desde Estados Unidos y me proyecta a los escenarios artísticos internacionales. Eso no lo olvidaré jamás. Nos consuela saber que sus muchas contribuciones, que abarcan décadas, nunca serán olvidadas y que serán por siempre respetadas como referencia indispensable para atender el desarrollo de la música afrocubana a nivel mundial y también como contribución cultural puertorriqueña al planeta. Viva Ray Barretto, y como él bien dijo: ‘¡Qué viva la música!'”.