
Fue un reto para la resistencia de los espectadores, que colmaron la tribuna occidental del Estadio y el área de gramilla que quedó al frente del escenario, instalado cerca al centro de la cancha de fútbol. Cálculos de la compañía establecieron que entraron unas cinco mil personas, de las 10 mil que esperaban.
Gozaron pero varios también expresaron su inconformidad con hechos como los altos precios de los productos en venta dentro del escenario deportivo y la prohibición para el ingreso de menores de edad aunque habían comprado la boleta (ver recuadro “Inconvenientes para el público”).
Pese a todo la diversión fue la constante. El ánimo comenzó a subir con las agrupaciones Element Black, de reggaetón, y Tinto, de rock y de Manizales, ante quienes un hombre comentó: “quién sabe si los volvemos a ver. Fernán Martínez, el manager de Juanes, los quiere manejar”.
Hasta las 2:40 de la mañana
Después, Jean Carlo Centeno empezó a las 9:15 de la noche los toques románticos con el vallenato “Niña bonita”.
Siguió Son de Cali que también durante una hora aumentó el entusiasmo de los salseros y el baile en pareja.
A las 11:30 de la noche salió al escenario Darío Gómez. Cuando cantó “La tirana” el público prácticamente se apoderó de la interpretación, y al ver esta acogida el “rey del despecho” decidió repetirla.
María se arrodilló emocionada; “me encanta esa canción”, dijo. Otros prefirieron sentarse pero por el cansancio que a esa hora, 12:30 de la noche, empezaba a hacer efecto. “Hay que tener fuerzas para el final”, comentó Juan David Fernández Álvarez, que estaba junto a su novia.
Con el vallenato de Jorge Celedón, sus “Cuatro Rosas” y otros de sus temas su presentación de 12:45 de la noche a 1:45 de la mañana de ayer, pasó pronto. Y al llegar Tito Nieves algunos le agradecieron al cielo.
Viviana Villamil Osorio grabó varios minutos de “el Pavarotti de la salsa” en su celular. Su amigo Javier Sepúlveda Aguirre hizo sonar su campana de salsa. “Canta súper”, agregó.
Para ese momento ya habían espacios vacíos entre el público; algunos no aguantaron.
A las 2:40 terminó el concierto. Los que se quedaron hasta el final salieron del Estadio contentos por la noche de estrellas que tuvieron en el Palogrande.
Inconvenientes para el público
Dentro del Estadio Palogrande la botella de ron llegó a los 30 mil pesos y de gaseosa de 600 mm., a seis mil pesos. Además, menores de edad entre los que algunos personalmente compraron la boleta no los dejaron entrar como le ocurrió a Pablo Arango Robledo y a por lo menos 20 amigos con los que asistiría al espectáculo; a las 9:00 de la noche caminaban cerca a la Estación de Bomberos Palogrande de regreso a sus casas, luego de estar en el sector desde las 6:00 de la tarde, afirmaron.
“Ante el problema primero nos dijeron que abrirían un sitio especial para nosotros. Al final no permitieron el ingreso. En otros conciertos ha sido lo mismo”, comentó Arango Robledo.
“Chévere que hayan puesto un control pero debieron tenerlo desde el principio”, agregó Carlos Andrés Delgado López.
Manuel Alberto Soto Salazar, Gerente de la ILC, manifestó que a los menores o a los padres de familia con los que acudieron se les devolvió el dinero, lo que fue ratificado por algunos muchachos en medio de su insatisfacción.
Frente a los precios de los productos dijo que no los puso la compañía sino las dos empresas que tuvieron a cargo la realización de las presentaciones.