
A pesar de la polémica creada en torno a esta gira en algunos países asiáticos, como en Malasia donde un grupo de estudiantes quieren que se suspendan sus conciertos porque consideran que su vestuario es obsceno, Gwen sabe disfrutar de su familia, demostrando que ésta no es incompatible con el rock. En la imagen, Gwen junto a su marido y su hijo en Astralia.