
Su espontaneidad y buen sentido del humor se evidenció en cada una de las respuestas que dio a los medios de comunicación el miércoles pasado, en Casa Tosi del Policentro. Hoy, Julieta Venegas presenta al público guayaquileño un recorrido por sus éxitos en el Museo Antropológico de Arte Contemporáneo (MAAC), a las 20:30.
Aunque la rueda de prensa comenzó con una hora de retraso, muchos de sus fanáticos, aglomerados a la entrada del almacén, esperaron con paciencia su llegada para conocerla en persona y tomarle fotos.
Nominada varias veces a los premios Grammy Latino y ganadora de uno de ellos en febrero pasado, mostró ser una persona sencilla cuya fama cosechada a lo largo de su carrera no ha cambiado su filosofía de vida. “En pocas palabras si llego a Tijuana (su lugar de nacimiento) y me hago la estrella, mi mamá me da un par de cachetadas y se me pasa”, comentó Julieta entre risas.
La artista hizo un breve repaso de su evolución como cantante y compositora. En ese momento recordó su infancia dedicada al estudio de la música clásica, etapa en la que soñaba ser directora de orquesta.
De su voz, Julieta reconoce no ser tan privilegiada como para cantar una ranchera. “Nunca se me ocurriría, solo en una borrachera”, dijo.
Durante la cita con la prensa que duró cerca de 30 minutos, trató de complacer a quienes solicitaban saludos para sus espacios televisivos y radiales; y hasta a un grupo de fanáticas, estudiantes del colegio Santo Domingo de Guzmán, que pedían un saludo para sus compañeras de curso.
De sus grabaciones con artistas reconocidos, Julieta destacó Morena mía, que interpretó con Miguel Bosé. “Compartir con él fue lo mejor que me pudo pasar, bailó mientras grabé, qué más puedo pedir”, comentó.
La artista se presentará mañana en el ágora de la Casa de la Cultura, en Quito.