
En una entrevista con el diario “La Opinión”, Sanz afirmó que se siente “muy bien” y que retomará su gira estadounidenses con dos conciertos en Los Angeles, el 16 y 17 de noviembre próximo.
Por orden del médico, Sanz se tomó más de dos meses de retiro de los escenarios y la vida pública, en los que, según él mismo, se concentró en disfrutar y sacar provecho de un profundo descanso.
Asimismo, el artista decidió dejar de lado los aviones y continuar su gira en autobús. “Yo soy muy nómada. A mí me gusta esto de viajar, me apetece ver la ruta, trasladarme de un sitio a otro. Por eso, al momento de decidir que continuaba con la gira, opté por armarla en bus”, afirmó.
“Me seduce la idea de convivir con los músicos, de ir parando en diferentes lugares. Creo que le aporta algo que el viajar en avión no tiene. Es como si conocieras mejor el país. En avión no ves nada, pero en el bus vas viendo cómo cambian los paisajes en el trayecto, interactúas con la gente con la que te encuentras en cada ciudad”, dijo.
Asimismo, su aventura en ómnibus es consecuente con el título de su último disco, “El tren de los momentos”. “Hay cierta complicidad entre la gente que viaja en tren, o en carretera. Creo que, quienes hacen eso, aprecian la vida de otra manera”, afirmó el artista.
Unas 50 personas acompañarán al músico en su travesía. De todos ellos, sólo los integrantes de su banda compartirán rutina sobre ruedas directamente con el madrileño, en el mismo vehículo.
“La única exigencia que les pongo a los que tocan conmigo es que, como condición sine qua non, amen la música tanto como yo la amo. Necesito que disfruten de tocar cada canción como si fuera la última”, dijo.
El músico reconoció que el estrés del trabajo provocó su crisis. “La realidad es que todos, en mayor o menor medida, nos llevamos los problemas del trabajo encima. Todas las prisas, las corridas, vienen con nosotros a casa. Nos acostamos con ellas cada noche, dormimos juntos, hasta que se convierten en parte nuestra. Eso, al final, te pasa alguna factura en el físico”.
Sanz se alejó de todo y de todos para recuperarse. “Hice una serie de terapias, con ejercicios en los que te enseñan a manejar tus miedos, tus ansiedades, tus broncas y todo lo que te haya provocado ese estrés”, explicó.
“Lo que aprendí en esos dos meses fue tan importante como volver a caminar. Aprendí a apreciar las cosas, a no tener esa prisa, esa cosa ligera de querer tener todo en la vida, y finalmente te preocupas por tener un televisor cada vez más grande en lugar de asomarte a la ventana y mirar el paisaje que está enfrente”, dijo.
El 1 de noviembre próximo, la gira de “El tren de los momentos” tenía previsto desembarcar en el Poliedro de Caracas, Venezuela, para concretar un show que agotó en apenas horas todas las localidades.
Sin embargo, el gobierno venezolano decidió cancelar el concierto del madrileño. Las razones aludían a una superposición de dicho evento con un acto oficial a realizarse en el mismo estadio.
No obstante, el trasfondo se relacionaría al descontento del gobierno de Hugo Chávez con ciertas declaraciones que el músico efectuó en su última visita a ese país, en 2004, cuando expresó que el presidente venezolano “no me gusta; como tampoco los de otros sitios”.
“A mí me apena porque se han vendido en tiempo récord todas las entradas para ese concierto. Lo que nos han dicho hasta ahora es que, al parecer, han decidido hacer ese mismo día un evento gubernamental en el mismo sitio. Yo no sé si es coincidencia o no”, concluyó.