
Barcelona respondió anoche con emoción a la entrega de The Police. Hasta la media hora de retraso le perdonó el público al célebre trío, que eligió el Estadio Olímpico para su único concierto en España. Fue un show para rejuvenecer almas.
Vestido con una camiseta blanca sin mangas y con un aspecto vigoroso, Sting dio lo mejor que tiene. Saludó con un cortés “hola Barcelona” sin más concesiones a la galería y entró en faena.
Se escuchó Can’t stand losing you para dar paso a un cielo abierto, a Roxanne, el cénit bajo unas luces rojas. Un maravilloso falso final, luego vino King of pain, So lonely, Every breath you take y Next to you.