
La chica dorada ataviada con un vestido verde turquesa arrancó los gritos y el aplauso de los 10 mil espectadores en el tercero de sus cuatro concierto programados en ese recinto.
Distrito Federal- La complicidad y la amistad entre Paulina Rubio y Miguel Bosé quedó de manifiesto la noche de ayer en el escenario del Auditorio Nacional, donde La Chica Dorada demostró ser una Nena junto al cantante español.
“Ese modo de andar y ese look chacha, casi casi vulgar y esas cejas …”, como lo dice la letra de la canción, fueron parte de esa magia con la que Paulina Rubio arrancó los gritos y el aplauso de los 10 mil espectadores que asistieron al “Coloso de Reforma” para el tercero de sus cuatro concierto programados en ese recinto.
Luego de más de 25 años en que este Don Diablo atravesó el Atlántico bajo un Sol forastero, el intérprete vio el “nacimiento” de Paulina, quien junto con Timbiriche son creadores de toda una época dentro de la música pop en español.
Ataviada con un vestido verde turquesa, La Chica Dorada recorrió el escenario de un lado a otro y por momentos dejó ver su natural sensualidad junto a Bosé, que fue aclamado por los asistentes a pesar de que en algún momento se le olvido parte de la letra.
El público mexicano fue cómplice de una velada donde, El hijo del Capitán Trueno hizo un recorrido de sus éxitos en 30 años de carrera, y a pesar de que con esta gira de “Papitour” ya cuenta con un DVD, el público volvió a corear los temas y ser parte de este espectáculo que ha recorrido las principales ciudades de América y Europa.
De Bandido a Duende y de Sereno a Partisano, Bosé y sus característicos movimientos sensuales, que provocaron los gritos de hombres y mujeres por igual, complació a la concurrencia entre la que predominaban féminas, pero que igual había niños y personas de la tercera edad.