Alfredo Gutiérrez estrenará canción en el 3er Congreso Iberoamericano de Cultura
El 3er Congreso Iberoamericano de Cultura, programado entre el 1 y el 4 de julio en Medellín, contará con el talento del gran acordeonero colombiano Alfredo Gutiérrez, un verdadero referente de las nuevas generaciones del vallenato en el país.
La presencia en este encuentro Iberoamericano de Cultura, del “Rebelde del Acordeón”, como se le conoce internacionalmente a Alfredo Gutiérrez, constituye no sólo un atractivo especial, por su innata capacidad repentista y creadora, sino por la posibilidad de adentrarnos en un estilo artístico sin igual que ha recorrido el mundo exitosamente.
¿Cómo fueron sus orígenes en la música?
Soy un muchacho humilde, hijo de campesina y de un juglar de La Paz, Cesar, una tierra muy folclórica. Pertenezco a la misma familia musical de los López Gutiérrez, conocidos ejecutantes del acordeón. No tuve infancia porque desde pequeño fui la salvación y el sustento de mi familia, tocándole a los borrachitos, en bares y en los buses que viajaban a Barranquilla y Bogotá. Con eso conseguía con qué comer y sostener a mi familia. Luego, en 1953, conocí al profesor Rafael Rodríguez, quien fundó con mi Papá un conjunto vallenato infantil que recorrió los cinco países bolivarianos.
¿Es cierto que no le gustaba el vallenato?
A.G.: A mí sí me gustaba porque oía a los viejos juglares del vallenato, Andrés Landero, Abel Antonio Villa, Calixto Ochoa, Pacho Rada, etc., lo que sucede es que me tocó en suerte grabar introduciendo otros instrumentos de viento y comencé a llamarla música tropical, sabanera y corralera, pero siempre con la espina del vallenato metida ahí, manteniendo las raíces del vallenato. La revolución consistió, además, en que la letra era romántica. Lo que se hizo fue vestir esa hermosa muchacha que era el vallenato, le puse traje de coctel y la presenté en sociedad.
¿A qué le canta Alfredo Gutiérrez?
A.G.: A la mujer, que es todo en la vida, a la mujer a los ojos, a los cabellos, que son sinónimo de feminidad.
¿El vallenato es una verdadera expresión cultural?
A.G.: El vallenato se llamaba antes la música del Magdalena. Antes, todo lo que se tocaba con acordeón era vallenato, pero no es así… Hoy son muy pocos los que tocan vallenato puro… No basta tocar las mismas notas de una canción vallenata en acordeón para manifestar que la canción es vallenata. El vallenato es una expresión cultural, es un sentir, son vivencias y tradiciones de las gentes de una región caribeña.
¿De qué se nutre culturalmente el vallenato?
A.G.: El vallenato es todo, pero más que todo es la representación de una clase social analfabeta… Es aquella persona tímida que le escribe una carta de amor a la mujer o al ser querido y la entrega para que quienes interpretan el acordeón la canten. El vallenato, como decía Rafael Escalona, “se vive como un bostezo”.
¿Hacia dónde va el vallenato dentro de la cultura musical colombiana?
A.G.: El vallenato tiende a desaparecer, porque son muy pocos los que lo tocan y graban. Hoy lo hacen los Hermanos Zuleta y algunos otros, pero son los muchachos quienes dominan el mercado. Es otro movimiento muy aplaudible que a mí me gusta, pero esa es música de acordeón, no necesariamente vallenata. Se impone el concepto comercial y se dice que el vallenato tradicional no encaja. Pero eso no es cierto porque si fuera de esa manera no se venderían los temas tradicionales. Toda música es comercial, solo que la música de ahora es música de unos meses, en cambio la de los años 50 y 80 es para toda la vida. Y eso no solo ocurre con el vallenato, también con cualquier tipo de música. El vallenato está en vías de extinción. Es posible que desaparezcan los intérpretes pero no el vallenato puro… Será un vallenato de nombre, con antecedentes musicales de mezclas y demás.
¿Qué puede pasar en el Congreso Iberoamericano con el vallenato?
Pues que se van a comprobar las raíces del vallenato en Colombia y el mundo. El vallenato es caribeño y hermano de la música cubana. En Medellín veremos cómo el vallenato se ha ido transformando, pero su pureza, la de los juglares y los viejos intérpretes, tiende a desaparecer.
¿Qué hará Alfredo Gutiérrez en esta cita musical?
Bueno, yo haré un recorrido por mi obra musical, pero no me va a alcanzar ni una ni dos horas, para hacerlo. Demostraré la transformación del vallenato y presentaré nuevas creaciones que plasman costumbres vivenciales de regiones como Antioquia a través de una nueva composición que estrenaré y que se llama “El Parce Goterero”, o “Zoila”, un homenaje a la mujer que lo hace todo en la vida.
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