
Mi tía me dice que es porque somos más abiertas a probar, con menos pena para preguntar y no tenemos prevención a disfrutar de un juguete de esos.
Otra amiga más conservadora, me dijo que era porque se sentía más relajada para tener orgasmos y que sólo debía preocuparse de ella (el juguete no habla ni siente) entonces podía concentrarse en el placer.
Y mi opinión es que con los juguetes hacemos nuestras fantasías realidad porque vibra como queremos, esl del tamaño que lo compramos, no se cansa ni "termina" antes que nosotras.