
Lalo Rodríguez estaba en un cuarto piso, listo, maquillado, peinado y vestido con el ajuar indicado. Un abanico frente a él, otro detrás. No había manera de que soltara una gota de sudor. Pero es el beneficio del artista.
El escenario era, en ese momento, La Perla, en el Viejo San Juan. Más adelante se trasladaría al cementerio María Magdalena de Pazzis. El cantante tropical contó que entró al especial por casualidad.
“Un día llamé a José Lugo, el arreglista, para una cosa distinta y terminó diciéndome que yo tenía que estar en ese especial. Se hizo un demo y rápido me llamaron”, narró contento el salsero en entrevista con Primera Hora durante un receso de la filmación.