
Según la costumbre del campo, José Crisanto enamoró a su adolescente mujer y la dedicó a tener hijos.
Luego de cinco nacimientos, ya era hora de parar la descendencia. Pero lo que jamás esperó es que unos desconocidos le pusieran a un bebé enfermo en sus brazos y le ordenaran su cuidado, a expensas de su vida y la de su familia.Imposible dejar de sentir consideración por esta criatura trémula y desvalida. José dio rienda suelta a su humanidad al acogerle entre los suyos. Después tomó la decisión de entregarlo a Bienestar Familiar, dado el delicado estado del pequeño.
Pero su tranquila vida se convirtió en una pesadilla. Fue acusado de colaborar con las Farc y secuestrar a Emmanuel, nacido en cautiverio del vientre de la bogotana Clara Rojas. Vino la prisión, el sufrimiento, el abandono de su familia y el señalamiento de un país entero que lo utilizó como chivo expiatorio.
‘Operación E’ es la historia de José Crisanto Gómez. Víctima de la guerra sociopolítica de Colombia que ahora salta a la palestra internacional gracias a la coproducción franco española que se estrena este viernes en Colombia, cuyo preestreno constituyó una de las galas más importantes en la edición 53 del Festival Internacional de Cine de Cartagena.
“Soy amigo e hijo putativo de Colombia desde hace varios años, respeto y amo a esta tierra, y jamás pretendimos hacer algo que los dañara. Por eso quedamos tan sorprendidos cuando la señora Rojas se mostró tan indignada. Prácticamente Emmanuel no sale en la película y el personaje de Clara, que lo había interpretado la actriz bogotana Mary Herrera, finalmente fue eliminado del corte final, precisamente para evitar herir susceptibilidades”, dice el actor español Luis Tosar, quien interpreta a José Crisanto en la película.
Resulta sorprendente la forma tan fluida como Tosar pasa de interpretar a un brutal asesino en ‘Mientras duermes’, a caracterizar a este hombre ingenuo y sencillo, cuya única motivación es hacer el bien.
Su principal reto fue la dicción, para lo cual se preparó desde España con intensos talleres vocales. Ya en Colombia, ensayó todos los parlamentos con actores colombianos, en procura de lograr un acento que semejara al de los campesinos del Guaviare.
No faltan, sin embargo, quienes cuestionan el hecho de que una productora española venga a Colombia a utilizar una historia tan nuestra, para producir una película internacional.
“Debería haber sido hecha por colombianos”, comentaban algunos. Pero eso no viene al caso. Esta gran película ya está hecha y eso es lo que importa para los amantes del Séptimo Arte.