
"Yo soy el hombre reciclaje por excelencia, de toda la vida. En casa tengo perros, gallinas, y mis cubos orgánicos completamente vacíos. Los otros se llenan mucho y me gusta que sea así porque ya hay demasiado producido en este mundo, tenemos que reciclar todo tipo de materias para no contaminar. En este planeta ya estamos con las alarmas encendidas. Mis hijos están siendo educados en esta filosofía, por supuesto, tiene que ser así porque no tenemos elección", aseguró el intérprete madrileño a la edición española de la revista Vanity Fair.
"A mis hijos, lo que les enseño es que las cosas no hay que tirarlas al suelo, que siempre tienen que ir a la basura, a cualquiera de los cuatro cubos que tenemos por casa", aseveró el artista.
Poco dado a sincerarse sobre el tipo de relación que mantiene con sus cuatro retoños, el extravagante artista solo se ha referido a ellos en contadas ocasiones y siempre para describir la forma en que su llegada ha cambiado por completo su existencia y, por supuesto, su rutina diaria como estrella de la música. Entre otras transformaciones, Bosé considera que su personalidad se ha desdoblado en dos figuras completamente opuestas: la del artista irreverente y la del padre de familia obsesionado con el bienestar de sus vástagos.