
Esta doctora en neurociencia tiene 33 años, se considera buena en su trabajo, pero su problema es que la ven demasiado atractiva, según lo explicó en un programa de televisión británico.
Trabajó durante dos años en un centro de investigación donde los hombres la incomodaban a diario: “Mis colegas sólo estaban interesados en mi por mi apariencia. Quería que reconocieran mis logros y mi profesionalidad, pero sólo se fijaban en mi cara y mi cuerpo. Incluso cuando estaba en el laboratorio en bata y sin maquillar venían a verme debido a mi atractivo natural. No podía hacer nada para que pararan”.
Siempre según elconfidencial.com, la peor parte de este problema la ejercían las mujeres, quienes asumieron que si era guapa, tenía que ser estúpida.
"Así que de primeras no me tomaron en serio, debido a sus propias inseguridades estaban celosas de mi apariencia”, explicó la científica en la cadena Sky News citada por elconfidencial.com. “Entonces, cuando se dieron cuenta de que era buena en mi trabajo, posiblemente mejor que ellas, me odiaron todavía más”.
Llegó un momento en que estaba traumatizada y tenía miedo de ir a trabajar por las mañanas, así que abandonó el trabajo. Y no ha vuelto a una oficina desde entonces. “No soy perezosa, ni soy tonta”, aseguró la científica. “Lo cierto es que mi aspecto me ha causado muchísimos problemas en lo que respecta al trabajo, así que he llegado a la conclusión de que, por el momento, el trabajo no es para mí. No es mi culpa… No puedo pedir perdón por mi aspecto”.