
Según cuenta Kristina, siempre estuvo acomplejada con el tamaño de sus labios. Tenía sólo 17 años cuando decidió realizarse la primera cirugía. “Fue extremadamente doloroso, pero me encantó el resultado”.
La joven, lleva invertido en su transformación más de 6.000 dólares. Para completar su look agrego a su rostro varios piercings y tatuajes.
Y por si quedan dudas de las bondades de Kristina, ella asegura que puede hablar, comer y besar sin ningún problema, y que se siente plena cuando recibe piropos sobre sus abultados labios.