
Y ES QUE, por alguna razón que desconozco, Andy Montañez es sempiterno, no importa que sus canciones no se escuchen constantemente en la radio, que su figura no aparezca en la televisión o que en la parte trasera de ningún “micro” (autobús) no se anuncie su próximo espectáculo, como puede ocurrir con Ricky Martin o Chayanne.
NO HA pasado bien el tiempo cuando una diplomática venezolana me asalta con la pregunta de rigor: “¿Y Andy Montañez?”. Ufano, comento que está bien, que hace apenas unos días estuvimos compartiendo en la Feria Internacional del Libro Infantil, Juvenil y Estudiantil (FILIJE), celebrada en Caguas.
“CUANDO lo veas, lo saludas de mi parte”, me dicen, como si se tratara de un viejo amigo. Y aquí estoy, para no dilatar el asunto, enviando los mensajes de salutación a Andy Montañez, que nos hace sentir orgullosos cada vez que nos preguntan por él, porque no sólo es un gran artista, sino una extraordinaria personalidad plenamente comprometido con su pueblo.