Recientemente, Unigram, Sony, Time Warner, Bertlessmann y EMI han apoyado a través de la Recording Industry Association of America la iniciativa SDMI (Secure Digital Music Initiative). La clave de SDMI se basa en incluir un mecanismo de «disparo» que inutilizaría archivos MP3 que no tengan una firma digital especial: en la jerga actual, un «watermark». Todas las disqueras que forman parte de la RIAA, incluyendo las latinas, se han comprometido ya a incorporar el filtro «watermark» en sus nuevos CD`s y en los nuevos DVD Audio que saldrán a fin de este año. El plan tiene la co-operación del portal MP3.com.
Para que la Internet se convierta en una vía amplia para la difusión de música latina, las disqueras y las sociedades de autores y compositores deben tener plena confianza en el medio. Las disqueras deben creer que pueden recuperar la inversión inicial que han hecho en el talento del artista, mientras que las sociedades de autores y compositores necesitan contar con los mecanismos adecuados para servir bien a su clientela (BMI, por ejemplo, ha desarrollado iniciativas mundiales para formar bancos de datos regionales y internacionales y ASCAP recientemente firmó un arreglo para dar permisos y ofrecer música en línea con MP3.com) sólo entonces tendremos un catálogo completo del material de musical latina listo para su distribución digital y un catálogo que se compare con lo que hoy encontramos en una discoteca común.
Entretanto, los cálculos del valor futuro del mercado de bajadas digitales (`downloadings`) legales en el mercado latino son tan aventurados como para el mercadamericano –y quizás más. Cifras posibles oscilan entre los $1.2 millones y los $60 millones a dos años. Esto no es insignificante, y en la medida en que el resto de Latinoamérica tenga más acceso a la Internet, habrán más oportunidades para extender el mercado.