Serenata de amor por tríos

Tota

Dondequiera que una pareja jure quererse toda la vida o donde un corazón llore desgarrado por un desengaño, habrá un bolero interpretado a tríos para expresar las emociones del amor y el desamor.

Siempre dispuestos a proporcionar el marco perfecto del romance y la bohemia, Los Cancioneros, Los Condes, Julito Rodríguez, Lo Nuevo en Alpha y el Trío Vegabajeño de Fernandito Alvarez se presentarán esta noche en el Ballroom del Ponce Hilton y el domingo en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré con el espectáculo «Segundo gran concierto de tríos».

Cada trilogía tiene su historia. Los Condes, en particular, se encaminan a su 41 aniversario con sangre nueva. A su director Fernando Ramos y a su compañero José Luis Díaz no les resultó muy fácil conseguir un sustituto para Rafita Maldonado, primera voz que, tras una vida con el trío, lo abandonó para crear su propia agrupación. Siempre alimentaron la esperanza de un reencuentro, pero la muerte reclamó al inolvidable intérprete de Querube, Divina mujer y Quién pudiera.

«Por fin ya conseguimos una primera voz, que puede llenar el vacío de Rafita. No es fácil, pero el muchacho tiene un timbre parecido y puede hacer el trabajo».

Fernando Ramos se refiere al joven José Iván Ortiz. Cuando en 1960 Los Condes se organizaron en Nueva York, José no había nacido. Pero, según recuerda, despertó a la música escuchando a Rafita con Los Condes.

«Soy la primera voz más joven que ha tenido este trío, mi favorito», dijo con orgullo José Iván.
El cantante de 27 años, oriundo de Aibonito, no es la única cara menuda que cantará esta noche en Ponce y el domingo en Bellas Artes. El cantante de Lo Nuevo en Alpha es el joven Jorge Cancel, Jr. mientras en sustitución de Aníbal Hernández, Los Cancioneros han reclutado al joven adulto Roberto Pérez.

«Ha aportado una química bonita al grupo», dijo el yaucano Edwin Badea, segunda voz y segunda guitarra del trío, dirigido por Ricardo Feliú.

La incorporación de solistas o primeras voces jóvenes a los tríos persigue atraer la juventud a la expresión, como hizo Charlie Zaa y la agrupación colombiana Los Tri-O.
A la serenata de amor con El Vegabajeño, Los Cancioneros y Julito Rodríguez también se unirán voces de la veteranía del intérprete mayagüezano Chucho Avellanet y el legendario bolerista cubano Roberto Ledesma, quien regresa una vez más a los escenarios locales con un repertorio selecto que se nutre de La pared, Adoro, Esta tarde vi llover, Donde estás corazón y otros clásicos.

«El día que deje de cantar es porque estaré muerto», señaló a El Nuevo Día. «El bolero fue y seguirá siendo la música de todos los tiempos porque es el acercamiento perfecto al amor».
Ledesma pertenece a una generación de grandes boleristas -algunos, como Felipe Pirela y Gilberto Monroig, ya fallecidos- que dejaron huellas imborrables en el pentagrama de América.

Aún canta, indicó, porque le sobra corazón y la voz le responde. El día que no pueda vocalizar dignamente se retirará. Ledesma no quisiera opacar su trayectoria con veladas tristes. «Los años no pasan en vano. Yo no puedo decir que canto como cuando tenía veinte años, pero tengo recursos todavía. Los cantantes son como los deportistas. Cuando pierden sus facultades, se deben retirar».