Entre las 5:00 y 8:00 de la mañana
“El Niño Bonito de la Salsa” despierta a las 5:00 de la mañana con el rocío que bordea su hogar, situado en lo alto de una lujosa urbanización de Caguas.
“Me levanto y salgo afuera. Me tomo mi vaso de jugo… Lo más lindo de la mañana es ver la naturaleza”, expresó el veterano cantante mientras iniciaba la rutina diaria en compañía de PRIMERA HORA.
“Me gusta levantarme temprano y planificar mi día. Tengo un muchacho que trabaja conmigo, Frankie, que es mi hermano, y nos damos a la tarea de hacer cosas (mejoras al hogar)”, dijo en camino a la cafetería “Willie”, adonde acudió para desayunar el clásico revoltillo de huevos con tostadas y un vaso de agua.
Ismael Miranda no tiene vicio por el café, pero se deja tentar por su aroma.
“Tomo café de vez en cuando, normalmente tomo jugo y agua”, comenta el esposo de Janice Batlle, con quien acostumbra desayunar.
“Normalmente, durante el día atiendo las cosas que hay que hacer. Llevar la ropa al cleaner (lavandería)…”, relata el coautor de temas como “La revolución”, “Arsenio” y “Lamento cubano”.
Montado en su Toyota Sequoia blanca, en ruta a la lavandería, adelanta que el concierto “está cogiendo un feeling tremendo”.
“Voy a estar cantando muchos de mis éxitos y algunos temas nuevos”, promete el salsero, que por primera vez realiza un espectáculo en el anfiteatro “Tito Puente”. Para la ocasión, se acompañará de los virtuosos Larry Harlow, Papo Lucca, Roberto Roena, Nelson González y en una actuación especial, la Familia Cepeda.
En Bairoa Cleaners goza de la gentileza de Mary Marqués y Marisabel López, quienes se encargan de ponerle la ropa nítida, incluido el planchado de los mahones.
A la mañana, Ismael Miranda le roba la energía para ejecutar su rutina de ejercicios en un gimnasio en su hogar, y la frescura del clima para consentir otra de sus pasiones: las plantas. También tiene fascinación por los caballos colombianos de paso fino, de los que tiene dos, que cuida en Naguabo.
“El que le tiene cariño a la naturaleza aprende a apreciar la vida”, manifiesta al tiempo que revisa el crecimiento de una de los variados tipos de palmas que adornan su casa.
A las 9:00 de la mañana está “de Magazín”
De un atuendo casual, Ismael Miranda saltó a uno más elegante, de camisa y pantalón de hilo, en tonos claros, para cumplir con la entrevista en la revista televisiva “de Magazín” de Televicentro.
A las 9:30 de la mañana comenzó su charla con Desirée Lowry y Julián Gil, quien sustituía el jueves a Luisito Vigoreaux.
“Estoy relax, porque no está Luisito”, bromeó el artista antes de abundar sobre su próximo espectáculo musical, que estima durará tres horas, y que grabará en directo para su videoteca personal.
El autor de éxitos como “Señor sereno”, “Así se compone un son” y “Abran paso”, aprovechó su presencia en Televicentro para reunirse con Mayra Colón, ejecutiva de intercambios del canal, con quien ultimó detalles de la promoción del musical.
Lo interrumpió una llamada impensada de un amigo, que le informó que su pana de la infancia Orlando Rodríguez llegaría a la Isla esa misma tarde con todo su equipo de ebanistería para hacerle unos trabajos de madera en su casa. Su rostro evidenció su sorpresa.
10:15 de la mañana
Ismael Miranda, de 52 años, estila involucrarse en la producción de sus conciertos, que esta vez está encabezada por Chiqui Buxeda, a quien se unió en una visita de inspección al anfiteatro.
Comentó que le gusta asistir a eventos dentro y fuera de Puerto Rico, de figuras como Gilberto Santa Rosa, para tomar ideas que luego combina con las propias, como su deseo de tener un timbal para hacer un solo en escena este viernes. Lo consiguió en Villa Piano.
El nombre del musical –”Una voz, una patria, una bandera”–, precisó, “no es solamente un agradecimiento a mi pueblo, sino un agradecimiento a Puerto Rico, que es mi patria”.
“Soy un jíbaro bien agradecido… También un agradecimiento a mi bandera, que me acompaña a dondequiera que voy”, acotó el cantautor antes de reconocer la contribución de Gilberto Santa Rosa en los últimos años de su carrera.
“Desde que Gilberto entró en mi carrera, ésta cogió otro color”, admitió.
Al mediodía, a comer pa´ la placita de Santurce
El aguadeño gusta reunirse con sus amigos para comer o salir a conocer distintos puntos de la Isla, porque así también se hace cultura, apuntó.
El restaurante “Don Tello” en Santurce fue el escenario para uno de esos juntes, que logró con una simple llamada a sus panas Carlos Cuevas, Oriel Ramírez y José “Cheo” Rivera.
Con ellos habla de música, negocios, la cotidianidad, mientras se toma su trago y complace el paladar con una alternativa de la cocina criolla. “Soy buen diente”, confesó antes de picar un queso frito.
Así, en medio de la algarabía que se forma entre ellos, “El Niño Bonito de Salsa” extendió su anhelo de que “los salseros clásicos, de la salsa vieja, vayan y se curen esa noche”.
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