Los Nuevos Sabrosos del Merengue se dividen entre la música y sus deberes

Tota

Sus vidas no giran sólo en torno a una tarima. Cada uno de ellos tiene deberes, ocupaciones y responsabilidades que, como cualquier persona, cumplen como una rutina, pero como una que les satisface.

Albert Torres, Johnathan Pérez, Carlos Ortiz y José Angel Matías, integrantes de Los Nuevos Sabrosos del Merengue, explican qué hacen además de cantar y ofrecer sus movidos espectáculos.

Albert, oriundo de Orocovis, estudia psicología en Ponce.
Su vida estudiantil combinada con la artística, confiesa, es difícil, pero “no dejaría atrás los estudios”.
“Amo el arte de hacer música, pero los estudios me han ayudado a cómo dirigirme a la gente, a enriquecer mi vocabulario”, manifiesta.

El intérprete, quien cursa su último año, expresa que decidió estudiar psicología para ayudar a las personas a sentirse mejor, “y a que tengan su mente en orden ya que estamos bajo muchas presiones. Quiero que a la gente le encante la vida y que sean felices”.

Johnathan también estudia, pero producción de televisión.
Dice que, aunque “el arte de cantar te lo da Dios, y lo tienes que aprovechar”, decidió estudiar para no depender sólo de su talento, “por si le pasa algo a uno tengo de dónde defenderme”.

“Se puede, no es fácil llegar de un baile y al otro día ir a la universidad, pero querer es poder”, indica Johnathan, quien en el futuro contempla producir sus propios vídeos musicales.

El vocalista añade que como Albert y él existen muchos jóvenes que dividen su tiempo en estudiar y trabajar, y que con esto en mente se percatan de que la escuela es “la mejor forma para alejarse de la calle, las drogas, las pandillas y los vicios”.

Carlos no estudia, pero tiene un trabajo “a tiempo completo”: su responsabilidad de padre.
El vocalista es papá de Ángel Javier, de nueve años, quien vive en Barranquitas y es fruto de una primera relación. El niño, quien reside con la madre, recibe cuidados por parte de una especialista, lo que Carlos atribuye a no poder pasar más tiempo con él.

Carlos también tiene a Charleen Diane, de cuatro años, de su matrimonio actual, a quien lleva a la escuela.
“Ella me ha dejado atónito, porque a veces uno piensa que uno está aquí para enseñarlos a ellos, pero uno aprende muchas cosas de los niños. Lo más difícil es cuando nos vamos de viaje, separarme de ella y de la mujer que amo, que tengo a mi lado (Johanna Diane Powell). Pero la vena artística la tiene”, expresa orgulloso.

El también ebanista, quien confecciona mesas de dominó, “que es lo más que me piden”, asegura que su pequeña canta “de arriba a abajo y afinadita” el éxito “Me voy de party”, que da título a la reciente producción de Los Nuevos Sabrosos del Merengue.

José Ángel es un apasionado del gimnasio, describiéndolo como su “desahogo y sacrificio”.
“Dedico al menos tres días a la semana para fortalecer el cuerpo. Si puedo ir cinco días, voy. Trabajo todo el cuerpo y estoy en esto desde hace cinco años. Lo hago porque la proyección física es importante, demuestra tu estado de salud. Hay que sacrificar muchas cosas, incluyendo el esfuerzo físico”, dice el intérprete que reside en Aguada.
José Ángel también es papá de Kiara Liz, de 10 años, y Bryan, de nueve.

Su disco
Los integrantes describen como “algo diferente” su reciente producción “Me voy de party”, de la que hoy se escucha el sencillo “Entra en mi vida”, popularizado por el conjunto Sin Bandera.

El nuevo álbum incluye reggae, salsa y rock en español, “algo que la gente estaba pidiendo”.