Al compás de su música inconfundible Miami despidió el sábado a la Reina de la Salsa, Celia Cruz, en uno de los mayores tributos que se ha rendido a un artista en Estados Unidos.
Personas de todas las edades y países de América Latina, algunas incluso en sillas de ruedas, hicieron filas por horas para entrar a la Torre de la Libertad a despedirse de Cruz, quien con su poderosa voz y energía contagiosa llevó la música latina a todos los rincones del mundo.
La “Guarachera de Cuba” falleció el miércoles en su hogar en el estado norteamericano de Nueva Jersey a los 78 años, víctima de un cáncer cerebral, sin cumplir su sueño de regresar a su tierra natal.
En medio de gritos de “Azúcar” palabra que solía gritar en sus conciertos, y “Celia te queremos, nunca te olvidaremos”, la despedida de miles admiradores que recordaron su música y su simpatía fue una mezcla de alegría y dolor.
“Ella no quería que lloráramos así que aquí estamos cantando por ella”, dijo una joven colombiana que cantaba y bailaba con un grupo improvisado de músicos.
“Fue un símbolo de Cuba. La he estado escuchando desde que era niña (…) Celia Cruz fue la mejor y siempre lo será”, afirmó Cari Gutiérrez, una cubana de 52 años.
Según cifras preliminares de la policía de Miami, unas 150.000 personas asistieron al velorio, que duró nueve horas.
MULTITUDINARIO ADIOS
En la Torre de la Libertad, las personas desfilaron de una en una frente al ataúd abierto, algunas llorando, depositando flores, haciendo la señal de la cruz, arrodillándose, o lanzando besos, mientras en el fondo sonaban temas de salsa que popularizó la artista.
Poco antes del atardecer cerraron las puertas de la torre, y cientos de personas que habían esperado durante unas cinco horas quedaron fuera y tuvieron que conformarse con participar en la procesión hasta la iglesia Gesu, donde se ofició una misa.
La procesión estuvo encabezada por jóvenes que portaban un gran crucifijo y una foto de la cantante y otros llevaban una urna de cristal con una réplica la Virgen de la Caridad del Cobre, venerada por los católicos cubanos.
Cientos de personas siguieron al carro fúnebre, lanzándole rosas a su paso, mientras coreaban el nombre de la artista.
Al servicio eclesiástico asistieron artistas como Gloria y Emilio Estefan, el colombiano Carlos Vives, Israel López “Cachao”, el actor Andy García, Willy Chirino y Johnny Pacheco.
En la iglesia los participantes ofrecieron un fuerte aplauso al esposo de Cruz, Pedro Knight, con quien estuvo casada por más de 40 años.
En las afueras de la iglesia, con capacidad para un millar de personas, fueron colocados altavoces para que el público que no pudo entrar pudiera seguir el servicio religioso.
UN VELATORIO HISTORICO
Las cadenas hispanas de televisión en Miami trasmitieron en vivo todo el velatorio, que según algunos comentaristas ha sido el más grande que se recuerde en esta ciudad del sur de Estados Unidos.
Una de las pantallas gigantes de Times Square, en Nueva York, trasmitió imágenes del evento.
Las estrellas de la artista en el Paseo de la Fama de Hollywood y la Calle Ocho de Miami estaban rodeadas de numerosas flores, banderas latinoamericanas y mensajes de sus admiradores, algunos de los cuales montaron guardia alrededor de los símbolos.
“Esto es histórico, nunca se ha visto algo así”, dijo el animador chileno conocido como Don Francisco, en una transmisión especial de la cadena Univisión.
Ganadora de dos premios Grammy y tres Grammy Latinos, Cruz grabó más de 70 discos, de los cuales vendió millones por lo que recibió numerosos discos de oro y platino.
Su música fue prohibida en Cuba, aunque muchos en la isla la han escuchado clandestinamente. Cuando murió, el gobierno de Fidel Castro hizo sólo una pequeña mención en la prensa, describiéndola como una “importante intérprete”, quien había sido ícono del “enclave contrarrevolucionario del sur de la Florida”.
El cuerpo de Celia Cruz regresará el domingo a Nueva York, donde tras nuevos servicios fúnebres será sepultado el martes.
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