Víctor Manuelle y El Gran Combo los manjares favoritos del Festival Calle Orange

Tota

Ritmo, sabor y cadencia sobraron en el Festival Calle Orange de esta ciudad, donde miles de puertorriqueños bailaron al son que les tocaron al deleitarse con un banquete musical en el que los manjares favoritos fueron Víctor Manuelle y El Gran Combo de Puerto Rico.

Boricuas, junto a hispanos de distintas nacionalidades, colmaron el domingo el tramo que constaba de diez calles, en las que se habilitaron cuatro tarimas, siendo las más concurridas la de música salsa. Allí, los más esperados, y aclamados fueron “El Sonero de la Juventud” y “Los Mulatos del Sabor”, quienes lograron que sus admiradores dejaran literalmente la suela de sus zapatos en la calle, que, por momentos, simulaba una pista de baile.

Ambos “la pusieron en la China”, como dice la popular frase, cuando lograron echarse en un bolsillo a los miles de boricuas que se dieron cita a esta celebración por el orgullo de tener sangre caribeña y poseer una cultura rica rítmicamente.

A eso de las 11:00 de la mañana, arrancó el evento que estuvo enmarcado por las típicas frituras y comidas, alcapurrias, bacalaítos, arroz con gandules, pasteles, carne de cerdo, pinchos y otras sabrosuras, lo que parecía una estampa de nuestra Isla del Encanto en medio de una ciudad desconocida.

Ese marco se nutrió además de la rumba que formaban algunos en cada rincón de las calles en las que se imponían conocidos coros de plena, como “Elena, Elena…”. Y a eso se le añaden las camisetas, gorras, artesanías y otros artículos alusivos a Puerto Rico.

Miles gozaron de la oferta musical

La oferta musical, compuesta por alrededor de 30 artistas, estuvo encabezada, además de Víctor Manuelle y El Gran Combo, por Tito Rojas y Roberto Lugo, ex cantante de la orquesta de Luis “Perico” Ortiz. A ellos se sumó el talento de Fulanito, Bárbara Higuera (ganadora de la competencia de música “Protagonistas de la música”), Grupo Kompas, Judy Torres, Denice Alvarado, Huey Dunbar, Cuco Reyes y su Orquesta Vibración, entre otros artistas que cuentan con el arraigo del público que vive en esta ciudad.

Hubo espacio para la comunidad mexicana que contaba con una tarima con exponentes de esta nacionalidad. Los organizadores del evento, René Productions, calcularon la llegada de unas 50 mil personas, a juzgar por el impulso del festival el pasado año.

La tarima de salsa se calentó, previo a la actuación de “El Sonero de la Juventud”, con la participación de Roberto Lugo, quien recordó un puñado de temas de cuando perteneció a la orquesta de Perico Ortiz, además de presentar canciones de su nuevo disco “Mi bandera”.

Aunque hace 10 años que el vocalista no aparecía en las tiendas de discos con una producción, demostró que aún su huella musical sigue intacta al ser ovacionado con fuerza durante su actuación. “Pa´lante” y “Bohemio” formaron parte de su pegajoso repertorio.

El público se revoloteó con la llegada de Víctor Manuelle, quien sacó de la alforja los éxitos que le dieron a conocer en los inicios de su carrera. “Hay que poner el alma”, “He tratado” y “Así es la mujer” no faltaron en su lista de canciones.

El salsero, quien una vez más reafirmó su habilidad para la improvisación, se ganó los aplausos y gritos de las seguidoras que no podían controlar sus piropos cuando el intérprete de “Dile a ella” soltaba su cintura.

“La vida es un carnaval”, canción a la que dio voz la fenecida cantante cubana Celia Cruz, le imprimió también fuerza a su movida participación, que cerró con un soneo de despedida en el que elogiaba la trayectoria de 41 años de El Gran Combo de Puerto Rico.

A la par con la actuación de Víctor Manuelle, en otro extremo se encontraba “El Gallo Salsero”, Tito Rojas. A pesar de que este rincón no estaba atestado, contó con el apoyo de varios admiradores quienes gozaron de sus características frases “Coge pa´ tu casa” y “Dale pa´ bajo”.

Demostrando que es un vocalista de pueblo, por los intercambios de chistes con su “corillo”, el artista cantó “Después de Dios las mujeres”, “Condéname a tu amor”, “Siempre seré” y “Señora”.

Cargado de energía y armado de su auténtico ritmo, El Gran Combo de Puerto Rico se lució en escena. Sin la dirección del maestro Rafael Ithier –quien se recupera de una operación en la vesícula–, los vocalistas Charlie Aponte, Papo Rosario y Jerry Rivas lograron que la gente no dejara de mover sus pies al compás de su ritmo tropical, que aún transmite frescura y sabor.

El grupo clásico entonó con “Me liberé”, “Brujería” y otros temas. En “Brujería”, el cantante Víctor Manuelle subió a la tarima para sonear con Charlie y, además, incorporarse a los distintivos bailes de la agrupación. El Sonero de la Juventud se robó el show con sus improvisaciones, muy bien devueltas por Charlie.

Gerardo Rivas, hijo de Jerry, también dio una muestra de sus dotes para el timbal en el tema “Timbalero”. Y, precisamente, así se quedaron los asistentes pidiendo “más timbal para los rumberos”, una vez la agrupación salsera se despidió dejándolos aún sedientos de salsa gorda.