Inspirador Rubén Blades en Puerto Rico

Tota

CAGUAS – En uno de sus últimos conciertos en la Isla, Rubén Blades y la agrupación Editus debutaron el sábado en el Centro de Bellas Artes Angel O. Berríos con la producción “Concierto por nuestros niños”, a beneficio de la Fundación Puertorriqueña de Síndrome Down y las entidades Juan Domingo en Acción y San Agustín del Coquí Inc.

Blades, cuya presentación fue posible gracias a las gestiones del Colegio de Contadores Públicos Autorizados, escenificó el espectáculo ante casa llena y durante tres horas interpretó una veintena de canciones de un repertorio selecto y refrescante que no pierde actualidad.

Por su contenido, la salsa del cantautor panameño es imperecedera. Aunque parte de sus éxitos han sido reorquestados por Editus y en su búsqueda se ha nutrido de la cultura musical de Irlanda, España y otros países, la vigencia de su obra radica en los argumentos sociales que, como un buen observador del acontecer urbano panamericano, ha esgrimido en sus canciones.

En las calles de América, casi tres décadas después, aún se repite el drama del galán aventurero devastado por un amor fatal, como Blades recrea en Juan Pachanga. Los asesinatos a sueldo, como expresa en Sicarios, la intolerancia racial de Ligia Elena y los estragos que ocasiona un divorcio, como plantea en Cuentas del alma, son escenas recurrentes en los barrios del mundo.

El sábado, Editus, originalmente un trío de formación erudita encabezado por Carlos Vargas, Ricardo Ramírez y Edín Solís, fue reforzado una vez más con parte de los músicos costarricenses y panameños que lo acompañaron en los álbumes La rosa de los vientos, Tiempos y Mundo, reconocidos con el Grammy. Desde Irlanda, el gaitero Eric Rigler, quien intervino en los arreglos y la producción de las bandas sonoras de Titanic y Braveheart, se unió a la banda en selecciones como Primigenio y La rosa de los vientos.

Editus, cuyos músicos tienen la virtud de doblar a varios instrumentos, enlaza a la perfección las armonías del jazz y la música clásica con la cadencia afrocaribeña, aunque con la salvedad de que su sección rítmica, particularmente la percusión, carece del sabor, la química, la calentura y la intensidad de las combinaciones niuyorquinas (Eddie Montalvo & Ralph Irizarry, Bobby Allende & Marc Quiñones) que han asistido a Blades en parte de sus discos y conciertos. Eso resultó evidente en el guaguancó lamento Patria, en que el quinto permaneció silente en las manos del conguero Ramses Araya.

Cabe señalar que Blades estuvo desprovisto de un buen coro y que al anunciar que Medoro Madera cantaría el son montuno Un son para ti de Orlando Barroso, el director musical Walter Flores equivocadamente marcó Camaleón. Medoro es el personaje de un sonero cubano creado por Blades, en la tradición de Beny Moré y Miguelito Cuní.

A través del concierto, Blades habló del racismo, de su regreso a Panamá, de la demanda que radicó contra Fania, de la piratería de discos, de la importancia de Tite Curet Alonso, de su encuentro con Willie Colón y Héctor Lavoe e instó a su público a asumir posturas solidarias a favor de las personas que sufren. A Glenn Monroig, a quien califica como uno de los mejores cantantes de Puerto Rico, le dedicó la balada flamenca Parao.

El repertorio incluyó, además, melodías como Decisiones, Día a día, Plantación adentro, Todos vuelven, la hermosa fusión de balada y chacarera Tú y mi ciudad, Cuentas del alma, Amor y control, El nacimiento de Ramiro, Maestra vida, Te están buscando, Tiburón, Pedro Navaja, la cual cantó abrazado a dos pacientes de la Fundación Síndrome Down, y Buscando guayaba, cuya letra y soneos compartió con Gilberto Santa Rosa.