Juan Luis Guerra tuvo una noche gozosa

Tota

El Coliseo de Puerto Rico “José Miguel Agrelot” quedó a oscuras cuando el reloj marcó las diez de la noche y la multitud aplaudía ansiosos por que comenzara el concierto de Juan Luis Guerra y 4:40.

¡Y al fin comenzó!
Tan pronto la figura espigada de la estrella dominicana, vestido de blanco y negro y con su usual boina negra, apareció en tarima interpretando el éxito “A pedir su mano”, todos los asistentes, que casi llenaron el Coliseo, se pararon de sus sillas para nunca volverse a sentar en las dos horas que duró el concierto del viernes.

Fue el Coliseo por esa noche el centro de baile más grande de Puerto Rico. Todos moviendo sus esqueletos, otros meneando sus manos, un grupo haciendo el “chu-chu-tren” por todo el local y sus compatriotas agitando las banderas dominicanas.

“Gracias por el cariño. Hay pocos países que nos quieren tanto como este país. Saludos a mis hermanos dominicanos”, expresó en una de las pocas conversaciones directas con el público.

Y es que las palabras no hacían falta. Juan Luis Guerra tuvo la magia de poder transmitir su sentir y agradecimiento a su fanaticada con éxitos musicales como “Visa para un sueño”, “Costo de la vida” y “Ojalá que llueva café”.

Los tres coristas, Adalgisa Pantaleón, Roger Zayas y Juan Aizek, unieron sus voces armoniosamente con la de Juan Luis Guerra a la vez que añadieron las usuales pintorescas coreografías a las canciones.

La orquesta de 16 integrantes, siete de ellos con camisas blancas y negras que leían la palabra “avispas” y tres con los números “4:40”, tuvieron una descarga musical en “La gallera” en la que los percusionistas se lucieron con bailes graciosos que provocaron carcajadas.

Una mezcla nacional de música disfrutaron los presentes cuando Juan Luis Guerra incluyó en el repertorio “Qué bonita luna”, de Antonio Cabán Vale (El Topo).

Acompañado del cantante Tommy Torres, quien tuvo a cargo el acto de apertura del concierto y del grupo Plena Libre, vestidos con la bandera de Puerto Rico impresa en su conjunto blanco, se unieron con pleneras junto a Juan Luis Guerra y su orquesta 4:40 en una clara demostración de la unión entre ambos países.

“¿Cómo la están pasando?”, preguntó el laureado cantautor para saber si el público estaba a gusto.

A lo que los asistentes contestaron un “sí” rotundo. “Se supone que vengo a hacer un recuento de los éxitos que ustedes hicieron número uno”, continuó dando paso a un medley de bachatas que incluyó “Frío, frío” (1992), “Estrellitas y duendes” (1992) y “La hormiguita” (1998).

A la vez que hizo un excelente escogido de los temas que marcaron una tendencia del merengue, bachata y balada en los pasados 20 años, interpretó también canciones de su nueva producción “Para ti” y aprovechó la ocasión para enviar mensajes positivos.

Los temas de este nuevo disco, aunque son letras religiosas, su esencia musical es la misma. “Hay que recordar las cosas maravillosas que Dios hace para nosotros. Para esos que creen en Dios, nada es imposible”, indicó antes de interpretar la misma canción que da título a su última producción.

En “Soldado” presentó imágenes de un ejército con cruces en manos en las ocho pantallas que adornaron la escenografía. Mientras en la letra espiritual “Tan sólo he venido” aceptó que el amor más grande es de aquel que da la vida por sus amigos. “Eso es lo que hizo el Señor por mí y por ti”, dijo.

Con su más reciente éxito, “Las avispas”, la gente movía sus manos en el aire como una impresionante ola humana. Antes de la falsa salida, interpretó “La bilirrubina” bajo una lluvia de miles de confeti que caían en el público y algunos los guardaron como recuerdo del concierto producido por Maritza Casiano.

Después de la falsa salida el Coliseo se volvió a quedar a oscuras. La gente aplaudía de pie y los gritos retumbaban exigiendo otra canción.

Juan Luis Guerra, el primer artista en vender más de una función en el recién inaugurado “Choliseo”, volvió a aparecer ante su fiel público para interpretar no una, sino tres canciones más “Woman del Callao”, “Bachata rosa” y “La cosquillita”.

Casi queda perfecto
La famosa cantante puertorriqueña Ednita Nazario se unió con el cantante dominicano Juan Luis Guerra en el tema “Amor de conuco”.

Recibida con una ovación de pie de parte de la concurrencia, la ponceña apareció vestida en un traje corto rosa y su pelo rizado, para unirse en la balada originalmente grabada en 1986.

Como si hubiera sido una maldición, el sonido, que hasta el momento había sido impecable, falló justo en el momento en que la diva de la canción comenzó su participación.

Un imprudente “feedback” durante toda la interpretación de la canción, además del micrófono perder el sonido en una parte, empañó la intervención que en principio se suponía realizara la cantante Olga Tañón.

Al final ambos cantantes se fundieron en un prolongado abrazo y luego el sonido volvió a su calidad inicial.