Luis Perico Ortiz defiende la veteranía como virtud en el arte

Tota

Al cumplir 44 años de carrera musical, el maestro Luis “Perico” Ortiz siente que es un creador y apasionado de la música. Y más allá de incursionar en el arte como un fin para subsistir, ve su trabajo como una aportación a la historia musical de su País.

“Yo no me considero trompetista, yo me considero un músico. Amo la música, el piano, la flauta y todo lo que respire música y se haga con contenido, independientemente, sea el género que represento durante tantos años”, confesó Luis “Perico” Ortiz en un encuentro con ESCENARIO.

Nacido en Santurce, en 1949, Luis “Perico” Ortiz a los cinco años mostró sus inclinaciones por la música, hecho que respaldó con estudios formales en la Escuela Libre de Música, el Conservatorio de Música y como solista de la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico, bajo la dirección del maestro Pablo Casals. Asimismo, estudió en la Universidad de Puerto Rico, y en Nueva York, en 1970.

En su carrera musical, Ortiz se desarrolló como trompetista, arreglista, compositor y productor musical de variados artistas. Además, estableció compañías musicales como Sunrise Productions, Perico Records, Dialen Promotions, Dialen Publisher y Dialen Recording Studios.

Entre sus trabajos musicales se destacó como trompetista, arreglista, compositor y productor de cantantes como Tito Puente, Machito, Mongo Santamaría, Tito Rodríguez, Fania All Stars, David Bowie y Johnny Pacheco, entre otros.

Al ser entrevistado, el productor señaló que “son 44 años de carrera. Aunque comencé a la edad de cinco años, no es hasta 1962, cuando me gradúo en la primera clase de la Escuela Libre de Música que inicio la carrera a nivel profesional”.

Ortiz recordó que su primer espectáculo musical como solista con su Orquesta lo realizó el 7 de diciembre de 1978, en el Salón El Corso, en Nueva York.

“Ahí (El Corso) se graduaban los mejores músicos que luego se presentarían en el Palledium. Así que imagínate lo que significaba presentarse en este salón. Ahí era donde el público consideraba tu primer trabajo, y de él dependía lo demás”, recordó el productor musical.

Ortiz relató que su encuentro con el instrumento de la trompeta fue uno casual.

“Irónicamente la trompeta era un instrumento que nunca me gustó. La toqué por accidente. Lo que quería era el saxofón para imitar a Eddie Pérez, el de El Gran Combo, quien hizo un merengue que realizó con Cortijo. Ese era mi sueño. Por eso, soy un defensor de cuidar cuando se habla de sueños. En ese sentido, debo el que me hiciera trompetista a Pérez. Recuerdo que Ramón Collado era quien dirigía las bandas de la Escuela Libre de Música inspirado por Ernesto Ramos Antonini que es el creador del concepto de las escuelas libres de música, y en el momento que llegué a la fila no había saxofones. Lo que había allí era una tuba y una trompeta. La primera era muy grande para mí, por lo que opté por la trompeta”.

Para Ortiz la música significa “mi vida. Debo señalar que mi niñez fue muy controlada por mi madre, una mujer que me sobreprotegía. De otro lado, está mi padre, quien era músico. Y fue quien puso una guitarra en mis manos a los 5 años. Entiendo que este arte es un don del Señor. Por eso, trato de ser el mejor mayordomo de ese regalo. No estoy en la música por ‘rating’. No hago música para que la gente le guste o no le guste. Sino, para que ellos reciban de mí, y de alguna forma acepte el talento de lo que le brindo”.

El trompetista recalcó que “para mí la música es un asunto serio. Va más allá del aspecto técnico de aprender las escalas musicales y de adquirir una virtuosidad dentro del área en que te desempeñes, sino, que es un asunto espiritual. Así considero este arte. Tengo un temor de Dios muy grande, vengo del catolicismo y ahora estoy en el protestantismo. Fui monaguillo y en algún momento de mi vida quise ser Padre. Sin embargo, la música prevaleció porque los himnos de la Iglesia los ponía en claves, y daba ese giro especial. Por eso, la música es una extensión de mi espiritualidad…”.

En ese sentido, cuando Ortiz escucha ritmos que son ajenos a nuestra cultura, lo que provoca en él es un sentido de búsqueda.

En estos momentos hago una producción especial llamado ‘Taylor Made’ que trabajo con mucho cuidado. Quiero ser lo más certero en las cosas que quiero hacer porque voy a casar (fusionar) una serie de culturas, que aunque no son nada nuevo, estará hecho a la medida porque tendrá muchos géneros rítmicos que desarrollará un grupo de compañeros de variados países. Esta producción la llevaré al escenario, y me dará la oportunidad de hablar de ti y de mí, y crear unas dinámicas motivacionales. La sociedad está necesitada de autoestima, y me reitero que si se es una persona con contenido no se tiene que buscar la aceptación del trabajo. Este se hace, y se somete, y ellos dentro de su conocimiento cultural harán un juicio”, indicó el trompetista.

Sobre el juicio que se hace sobre su música, expresó: “Como siempre dije en mis años de carrera. Yo hago mi trabajo con el más alto grado de dignidad, y el día que no pueda tocar mi trompeta al grado que el público espera que la toque, y sienta que no estoy actuando con el grado de profesionalismo, me retiro. Dios me dio la oportunidad de producir, hacer ingeniería de sonido y me preocupé por desarrollar todas esas facetas que dan un amplio desempeño en la música”´.

En ese sentido, el productor lamentó que en el arte se cometan injusticias al obviar una evolución natural del crecimiento del ser humano.

“Si la gente pretendiera escuchar el solo que hice de ‘Coro Miyare’ hace 30 años de una manera idéntica sería un imposible, porque soy 30 años más viejo. El músculo, la energía y la virilidad decae. Sin embargo, lo relevante es que en ese camino adquirí algo que no tenía en esos inicios que son la señoría y la experiencia”, recalcó.

El músico, quien lleva 10 años de su regreso a Puerto Rico, dijo que “algo que nosotros resentimos en nuestro país es la idiosincrasia. Somos un pueblo que guardamos una relación de amor y odio. No queremos que nadie fracase, pero, estamos en la espera de que a lo mejor fracases. En otras culturas se valora la presencia física de sus figuras, donde se agradece en cada evento lo que ellos han podido dar a su público, en conciencia de que mañana tal vez no estés. Se mira más la profundidad de intelecto que la virilidad que se tenga en ese momento”.

Con grandes figuras

Ortiz sostuvo que en los últimos dos años se dedicó a compartir con grandes figuras del ambiente musical como un agradecimiento al trabajo que ellos hicieron hace 30 años.

“Yo soy una extensión de lo que ellos probaron hace 30 años. Si veo el respeto del público por ese trabajo, y se preocupan por saber de ti. Hay un patrocinio de esa fanaticada que quiere verlos actuar. El público es más benévolo en cuanto a la crítica por el hecho que todavía están ahí”, sostuvo el músico.

Confesó que “si es cierto que los medios de comunicación son uno de los eslabones más importantes en la comunicación del trabajo que uno hace, si cae en manos de personas que son incompetentes o irresponsables nos pueden hacer un gran daño. Nuestro público está claro en lo que buscan. Los otros días hicimos un encuentro con Ray Barretto donde la prensa fue responsable en alertarme y al equipo de ciertas cosas que pudieron quedar mejor. De manera que recibí las críticas responsables como un mecanismo para pertrechar producciones futuras”.

Planteó como ejemplo una enseñanza que aprendió desde temprana edad que reza: “Cuando la clase se cuelga el problema no es la clase, sino el maestro”.

“Hubo un compañero de los medios que atacó de una forma irresponsable, porque no dio nada de crédito al trabajo. Todo el escrito fue para denigrar la presencia de Barretto. En mi caso, tildó de incompetente y errático mi desempeño como director musical. De manera que sentí un ataque brutal hacia un trabajo que nosotros realizamos. Nosotros somos profesionales. Unos viejos del arte. Y si hay algo que el pueblo puede llevar a su almohada es que ofrezco a ellos mi dignidad e integridad del trabajo que les presento”, sostuvo el músico.

Desde su punto de vista, “estas personas que se dedican a destruir imágenes no hacen otra cosa que destruir sueños, porque tengo muchos niños y jóvenes en las escuelas de música que siguen el trabajo de Luis ‘Perico’ Ortiz. Yo trabajo mucho con los niños y les doy becas, los cuido y echo para adelante. Ellos son la extensión de mi vida. Y de momento, recibir una llamada de un padre que su niño llora porque se enteró que su ídolo ya no puede tocar más, o que es un incompetente y errático, es lo que me preocupa. Y cuando se hace de una forma punzante entiendo que no es correcto. Tú puedes hablar y señalar algunos aspectos de un proyecto, pero, de ahí a que esté todo malo, no puede ser. Porque otros medios de comunicación señalaron unas fallas, pero destacaron otras”, sostuvo.

El músico recalcó: “¡Si a los 75 años puedes levantar las manos para tocar, es una bendición! Barretto demostró su maestría y hay que respetar esa trayectoria. Yo tengo mis credenciales en música y tengo una vida pública musical conocida, de manera, que el que quiera ponerla en tela de juicio que presente sus credenciales como experto y conocedor de la música a nivel académico. Que digan de qué Conservatorio se graduaron y cuáles son los méritos para criticar arreglos. Allí se criticó unos supuestos arreglos que nunca existieron porque los mismos son los originales que se grabaron con los ‘scores’ con que se escribió la música hace 25 ó 30 años atrás. De manera, que hay que tener cuidado…”