Casi tres décadas después, el sábado, Blades se unirá al elenco del espectáculo “Toda una vida”, interpretando junto al legendario conguero éxitos como Vale más un guaguancó de Tite Curet, Canto abacuá y Ban ban quere.
“Es agradable cantar con él, especialmente después de tantos años, cuando han desaparecido personas que formaron parte de la vida de uno profesional y personalmente. La música te devuelve muchas memorias y te mantiene el alma andando. Este tipo de reencuentro es importante porque te enseña cuánto se ha caminado”, dijo Rubén, quien el domingo 4 de julio cantará en el Festival Internacional de los Tubos en Manatí.
Blades conoció a Barretto en 1967 al alternar con los Salvajes del Ritmo en Panamá.
“Sabíamos perfectamente quién era y quiénes eran los músicos que integraban su excelente grupo, como Orestes Vilató, Luis Cruz, Andy González, Roberto Rodríguez y otros”.
LOS SALVAJES del Ritmo era una banda que se dedicaba a interpretar los éxitos de orquestas como Joe Cuba, Barretto y otras.
Al ser Blades un cantautor de una conciencia urbana, cuando se reunieron en 1974 le entregó a Barretto canciones de contenido social como Pablo Pueblo y Maestra vida que éste rechazó grabar, pasando luego a las manos de Willie Colón.
“Ray estaba explorando todo lo que era la comunicación con Africa y la raíz afrocubana. El concepto de canto urbano no era algo que persiguiera en ese momento”, recordó Blades, que sólo alcanzó participar en los álbumes Barretto de 1975 y Tomorrow, grabado en vivo al año siguiente en el Beacon.
En vísperas de su reencuentro con el Rey de las Manos Duras, Rubén Blades reconoce que a su lado aprendió a apreciar la fusión de la salsa con otros géneros.
“Ray fue un tipo de fusión. Cuando llegué a Nueva York me interesó la banda de Mongo Santamaría porque era de fusión y no tenía cantante. Ray sintió mucha curiosidad por la fusión, experimentó con el jazz y la música afrocubana con The Other Road.”
APARTE DE que necesita trabajar mucho antes de su regreso en septiembre a Panamá, su presencia en el concierto del sábado es la oportunidad que Rubén Blades esperaba para agradecer a Barretto la oportunidad que le brindó en 1974, cuando el niche Tito Allen se marchó de su orquesta.
“Aprendí lo que es la responsabilidad. Ray es uno de los músicos más articulados que conozco. Es uno de los más profesionales, dedicados y responsables que he conocido. Lo primero que aprendí fue la puntualidad y hacer el trabajo completo. Una vez lo vi terminar un solo de congas en medio de un ataque de asma y eso nunca se me olvida”.
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