Resuena el legado del Sonero Mayor

Tota

• LA CONMEMORACIÓN del septuagésimo tercer aniversario del natalicio de Ismael Rivera comprobó que el legado musical del Sonero Mayor está más vivo que nunca, a pesar del distanciamiento de algunos de los miembros de su familia.

Su hijo Ismaelito Rivera y su sobrino Monchito Rivera se dedican a cultivar la obra del sonero más grande de la historia de la salsa, pero podrían contribuir mucho más si se dan la mano.

Monchito, quien acaba de lanzar al mercado el cd “Recuerdos del pueblo”, que se nutre de los éxitos de Ismael con Los Cachimbos, goza de las simpatías de un gran sector de la comunidad salsera y ha sido conocido gracias a la difusión de su música por Z-93 y a sus apariciones en los espectáculos promovidos por dicha emisora.

“Mi compromiso con la divulgación de la obra de mi tío es definitivo. El respaldo que he recibido es algo que no esperaba. Humildemente hablando, ha gustado mucho. Otros la interpretan de otra forma, con un estilo diferente, pero yo me preocupé de llevarle el recuerdo a la gente como realmente es”, señaló Monchito.

Por su parte, Ismaelito Rivera, quien tuvo el privilegio de grabar el disco “Terminó lo que su padre comenzó”, además de grabar con Cortijo y Los Hijos de los Célebres, rehusó explicar las razones por las cuales se ha pospuesto el disco que se anunció que grabaría con Rafaelito Cortijo.

“Por el momento eso no va, han surgido otras cosas y por el momento no va”.

Sí asistirá el próximo 21 a la procesión del Cristo Negro de Portobelo en Panamá, donde los cholos honran la memoria de su padre.

Pero acá la obra de su papá seguirá resonando con fuerza en la voz de Monchito.

“Es muy poco lo que Ismaelito hace aquí en la isla por su forma de ser, que ha tenido sus consecuencias. Ismaelito se ha dejado comer los dulces porque tuvo la oportunidad de hacer lo que está haciendo Monchito y se descuidó. Apareció el primo y le comió los dulces”, reiteró Sammy Ayala, compadre de Maelo que también cultiva su obra.

Lo hace con mucha devoción y entusiasmo junto al Grupo Herencia, que dirige Ramón Millán, apodado Miliki y cuya banda se especializa en los éxitos de Cortijo e Ismael.

Curiosamente, contrario a otros años, el pasado fin de semana no fueron invitados al espectáculo en tributo póstumo a Maelo, celebrado en las inmediaciones de la casa-museo en la Calle Calma, a pesar de que la Oficina de Arte y Cultura del Municipio de San Juan estuvo dispuesta a sufragar los costos de su presentación.

“Eso me hiere. Dijeron que ya habían configurado el programa y ni siquiera me lo permitieron los compañeros en la Fundación Ismael Rivera”, dijo Ayala, quien acompañó al sonero mayor en el Combo de Cortijo y en Los Cachimbos.

Al tratarse de un tributo a Maelo, tanto Sammy Ayala como Ramón Millán consideran que los organizadores los debieron acomodar en el programa.

“Ellos (la Oficina de Arte y Cultura) me iban a pagar $2 mil por un ´set´ de una hora u hora y media de duración. Lo que nos duele es que deseando honrar la memoria de Ismael, con o sin dinero, no nos lo permitieron hacer”, reaccionó Millán.

En un recorrido por Villa Palmeras, constatamos el potencial de desarrollo turístico que tiene la periferia de la Calle Calma, hoy Ismael Rivera.

Si la familia del difunto cantante aunara esfuerzos, se podrían instituir festivales en torno a las figuras de Cortijo e Ismael que atraerían miles de los salseros panameños, cubanos, peruanos y colombianos que los idolatran.

Así, con el atractivo de la casa-museo, se podría robustecer la economía del sector mediante la venta de artesanías, camisetas, cuadros, etcétera.

Al menos, afortunadamente, las nuevas generaciones descubren la música del Sonero Mayor interpretada por su sobrino Moncho Rivera…

•NOTA AL CALCE: la semana pasada la atención de los salseros se concentró en Ismael Rivera y Marvin Santiago.

Sin embargo, el pasado martes 5 de octubre se conmemoró el décimo aniversario del fallecimiento del cantante Rafael ´Chivirico´ Dávila. Si Dios lo permite, en la próxima columna reseñaremos parte de su brillante gesta musical porque en la historia del género no hay otro intérprete que haya cantado con tantas orquestas como Chivirico, otro orgullo de Villa Palmeras.

• EN EL PANORAMA no hay un concierto de salsa de la magnitud y envergadura del encuentro de Willie Colón y Rubén Blades y de los aniversarios de Libre, Ray Barretto, Willie Rosario y Tommy Olivencia. Si Pete ´Conde´ Rodríguez y Celia Cruz no hubiesen fallecido, una reunión del Tumbao de Johnny Pacheco con ambos, Héctor Casanova y Justo Betancourt sería una línea.

Sólo quedan dos bandas cuyos cantantes están vivos: el Apollo Sound de Roberto Roena y Eddie Palmieri. Pero hace casi una década el Apollo incursionó en Bellas Artes con Piro Mantilla, Frankie Calderón, Tito Cruz, Sammy González, Papo Sánchez y Carlos Santos.

Eddie Palmieri es el único que aún no ha celebrado en grande su brillante carrera en la salsa. Todos sus cantantes viven. Y aunque es muy costoso, no es utópico pensar en un concierto de Palmieri con Ismael Quintana, Cheo Feliciano, Rafael de Jesús, Luis Vergara, Kittin Santiago, Tony Vega, Jerry Medina, India, Wichi Camacho y Germán Olivera. Un ´conciertazo´ para un disco doble y un DVD para cerrar con broche de oro su trayectoria.

Un productor local, que solicitó no ser identificado, pronto negociará con Palmieri.

Semejante evento, ciertamente, sería digno de un escenario como el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot y pasaría a los anales de la historia como una de las jornadas salseras más excitantes de todos los tiempos porque la orquesta de Palmieri, conocido como el Rumbero del Piano, es hoy por la hoy la más aplastante del género.